GIBRALTAR, 20 (AFP-NA). - El buque de guerra británico
"HMS Westminster" atracó este lunes en Gibraltar mientras las
autoridades europeas intentan mediar en el conflicto entre Madrid
y Londres por la soberanía y los derechos de pesca en las aguas
que rodean al enclave.
La fragata, equipada con una lanzadera de torpedos, un sistema
de misiles antibuques Harpoon, misiles Sea Wolf tierra-aire y un
helicóptero, llegó al enclave británico por la mañana.
Aunque planeada con anterioridad al conflicto, la visita del
buque de guerra se produce un día después de que unos 40 pesqueros
españoles se manifestaran en las aguas en torno al Peñón para
pedir la retirada de los 70 bloques de hormigón que Gibraltar
lanzó al mar para formar un arrecife artificial.
Los pescadores denuncian verse privados de sus mejores
caladeros por esta medida que daña la empobrecida economía local
en una región, Andalucía, golpeada por un 35,8% de desempleo.
El gobierno del enclave británico, sin embargo, acusa a los
pescadores españoles de no respetar su política medioambiental en
unas aguas reivindicadas tanto por España como por Gibraltar y
defiende que el arrecife artificial permitirá regenerar la vida
marina.
Se trata del último capítulo de tensión diplomática por la
soberanía de este territorio de ultramar británico, de solo 7 km2
y con 30.000 habitantes, mayoritariamente partidarios de seguir
siendo británicos.
"Es un despliegue rutinario pero no podría haber llegado en un
mejor momento", afirma Tony Evans, observando con entusiasmo como
el navío atracaba en Gibraltar, donde debía estar tres días antes
de zarpar hacia unas maniobras en el Mediterráneo.
Tanto Londres como Madrid insistieron en desvincular este conflicto diplomático, que afecta también a la frontera
terrestre entre España y Gibraltar.
Esgrimiendo la lucha contra el contrabando, especialmente de
tabaco, las autoridades españolas reforzaron los controles
aduaneros provocando largas colas de automóviles en la frontera.
Además, su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García
Margallo, amenazó con una tasa de 50 euros para cruzar la frontera.
Esta medida fue calificada como "ilegal" por Olivier Bailly,
portavoz de la Comisión Europea, durante una reunión informativa
en Bruselas este lunes.
Aunque Gibraltar fue cedido por España en 1713 al Imperio
británico, Madrid ha reclamado durante mucho tiempo su soberanía y
afirma que las aguas territoriales le pertenecen por no haber
estado incluidas en aquel tratado dieciochesco. Londres, sin
embargo, apuesta por respetar los deseos de los gibraltareños,
mayoritariamente probritánicos.
El enclave, denunciado por Madrid como paraíso fiscal y punto
de entrada de tabaco de contrabando, tiene un alto valor
estratégico como puerta de entrada y salida del Mediterráneo y por
la capacidad que ofrece a Londres como centro de inteligencia y
escucha de las comunicaciones en África.