Editorial

Un juego perverso

La escalada de pirotecnia verbal que incluye amenazas por desatar una guerra nuclear de imprevisibles consecuencias que se registró en las últimas semanas con Estados Unidos y Corea del Norte en las últimas semanas alarman a la comunidad internacional y exigen destinar todos los recursos necesarios para evitar una confrontación armada. Mientras las imágenes de las pruebas de lanzamientos de cohetes que realiza el régimen comunista coreano, una especie de acto de intimación pública, se replican en cada país las Naciones Unidas buscan a través de sanciones económicas ahorcar las finanzas de la pequeña nación asiática. 

Hace dos días, la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) ganó el Nobel de la Paz tras una década de esfuerzos para prohibir la bomba atómica, en un contexto de tensión entre Estados Unidos con Corea del Norte e Irán. Setenta y dos años después de las bombas atómicas estadounidenses sobre Hiroshima y Nagasaki, el Comité del Nobel quiso resaltar los incansables esfuerzos de la ICAN para librar al mundo de las armas nucleares.

La decisión no sólo es un reconocimiento a la labor realizada sino también que se transforma, en un contundente mensaje a las potencias nucleares para que inicien "negociaciones serias" destinadas a eliminar su arsenal. Para la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, "vivimos en un mundo donde el riesgo de que se utilicen las armas nucleares es más alto de lo que nunca fue".

Si bien la cantidad de ojivas se ha reducido en 30 años al pasar de 64.000 registradas en 1986 a poco más de 9.000 en 2017, esto según datos del Bulletin of the Atomic Scientists, el número de países que poseen armas nucleares aumentó. Hoy son nueve los que poseen tales armamento de destrucción masiva: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel.

Tras el anuncio del Comité del Nobel, en su primera reacción al galardón la ICAN criticó directamente al presidente estadounidense Donald Trump ante los riesgos de un incidente nuclear en el mundo. "La elección del presidente Donald Trump incomodó a mucha gente por el hecho de que pueda autorizar por sí solo el uso de las armas nucleares", declaró la directora de la ICAN, Beatrice Fihn desde Ginebra.

Conformada por centenares de organizaciones no gubernamentales, la ICAN, milita incansablemente desde hace casi 10 años por la supresión del armamento nuclear. Entre sus acciones, se destaca haber impulsado un histórico tratado de prohibición de las armas nucleares que fue adoptado por 122 países en julio, aunque su alcance es sobre todo simbólico, dada la ausencia de las nueve potencias nucleares entre los firmantes.

Fundada en 2007 en Viena, durante una conferencia internacional sobre el tratado de no proliferación nuclear, la ICAN tiene su sede en Ginebra, en las instalaciones del Consejo Ecuménico de las Iglesias, otra organización internacional. Cuenta con 424 organizaciones no gubernamentales asociadas en 95 países.

De todos modos, no todos aplaudieron la elección del Nobel de la Paz 2017. Por caso, el influyente Departamento de Estado de los Estados Unidos reaccionó con evidente frialdad al premio, alegando que la iniciativa de eliminar armas nucleares "no tornará el mundo más pacífico" ni "mejorará la seguridad de ningún estado".

Hay quienes resaltan la necesidad de contar con este tipo de armas como factor de disuasión en momentos de extrema tensión. Es decir, se desarrollan como un ultimátum, aquel que tiene una bomba nuclear puede amenazar a un país diciendo algo así como "si no te portás bien disparo este arma en tu territorio".

En estas latitudes, estamos familiarizados con Estados Unidos y su papel nada simbólico de guardián del planeta, pero Corea del Norte constituye poco menos que un gran enigma. En su último artículo de opinión para 'The Washington Post', el 39.º presidente de EE.UU. Jimmy Carter ha desgranado cuál es el modo de pensar de las autoridades norcoreanas y por qué mantienen una posición antagonista hacia el resto del mundo. Carter afirma que las autoridades de Corea del Norte son "completamente racionales y al mismo tiempo están dedicadas a la preservación de su régimen". Consideró que "la principal prioridad de los líderes de Corea del Norte es preservar su régimen y mantenerlo lo más libre posible del control externo".

Por ahora, en tiempos de una nueva Guerra Fría, el Nobel de la Paz fue para una entidad que promueve la eliminación de las armas más letales desarrolladas por la humanidad para, eventualmente, aniquilarse. 




Autor: REDACCION

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