Poder festejar mil números es para elegidos. Este espacio cultural "La Palabra" celebra hoy una conquista trascendente que justifica la edición especial, ampliada, en la que reafirma su carácter cultural y se consolida como un producto editorial necesario.
¿Cómo sostenerse tanto tiempo? A partir del compromiso y la constancia de sus editores, convencidos en mantener una plataforma que exhibe el pulso de la literatura, la música y las artes que tienen una especial vinculación con las raíces.
La prolongada continuidad se apoya en las convicciones firmes para buscar, a través de sus contenidos, la reflexión y el debate. O para, a veces, educar. O simplemente entretener con una lectura amena. Esta ductilidad se transforma en un reconfortante caramelo literario para el lector - cómplice que espera la edición sabatina de LA OPINION para el reencontrarse con "La Palabra".
Entrevistas semanales a los hacedores de la cultura popular, que comparten reflexiones y se animan a confesiones, funcionan como pilares de este cálido reducto de las letras que cumple mil ediciones, todo un mérito que debe reconocerse. Creatividad para diseñar el eje temático y esfuerzo para que las ideas tomen forma en el papel se combinan en una fórmula exitosa, si se tiene en cuenta la perseverancia.
La puesta en escena de la cultura tal como la plantea "La Palabra" no suele tener un alto perfil comercial, es casi como ir contra la corriente. Desde esta perspectiva, la aventura adquiere mayor valor: acumular una historia de mil ediciones constituye, en esencia, el éxito de un saludable capricho. Felicitaciones.
Pedro Ulman - Secretario de Redacción