Las contradicciones en este mundo a veces duelen, como esa que deja casi al costado del camino a millones de personas sufriendo en lo profundo de la pobreza, sobreviviendo en condiciones precarias con unos pocos dólares al día para comer y a veces pasando hambre bajo y por otro muestra a unas pocas personas acumulando mega fortunas de miles de millones de dólares. No ha logrado la humanidad un mejor sistema que avance en una más equilibrada distribución de la riqueza. Los contrastes son demasiado evidentes y en un punto insoportables para quienes tienen un poco de sensibilidad.
De todos modos, es justo reconocer que en un grupo de países se han alcanzado niveles aceptables de desarrollo humano al punto de la mayoría de sus habitantes están incluidos en el sistema en tanto la pobreza es quizás una palabra en el diccionario. Todo lo contrario a lo que sucede en la Argentina, donde la crisis deja una creciente cantidad de heridos por la pérdida del empleo o por caer bajo las alas de la pobreza aún teniendo ingresos.
En este contexto, el espejo de Estados Unidos, que es considerado como la máxima expresión del capitalismo y postula su célebre sueño americano que ofrece oportunidades de progreso para quienes se esfuerzan, muestra a un país con pronunciados desniveles y contrastes sociales, con familias acaudaladas al límite de la imaginación y otras tantas que padecen la pobreza y la indigencia.
En esa tierra ahora sorprende una propuesta gestada entre los multimillonarios estadounidenses, que a través de una carta consensuada salieron a pedir al Estado que les cobren más impuestos porque sería "justo, patriótico y fortalecería la democracia en el país al reducir la desigualdad".
Según trascendió el lunes, un selecto grupo de millonarios de Estados Unidos entre los que se encuentran algunos de los herederos más reconocidos y los empresarios que han hecho fortunas incomensurables en distintos rubros como bienes raíces, finanzas y tecnología de Silicon Valley publicó una carta abierta en la que le piden a los candidatos presidenciales que brinden su respaldo al proyecto de creación de un impuesto a la riqueza para financiar iniciativas ambientales y respuestas al cambio climático, la promoción del crecimiento económico y la financiación de la salud pública, entre otros conceptos.
De acuerdo a la misiva publicada por la agencia española EFE, los 18 millonarios señalaron que "Estados Unidos tiene una responsabilidad moral, ética y económica de gravar más nuestra riqueza". Entre los magnates que firman la carta en la que solicitan la aplicación de un impuesto a la riqueza se encuentran George Soros, Nick Hanauer; la heredera de la fortuna Pritzker, Abigail Disney y el cofundador de Facebook Inc., Chris Hughes. Quienes firmaron la carta se dirigen a "todos los candidatos, ya sean demócratas o republicanos", y no mencionan a ninguno en particular. Aseguran estar a favor de un tributo a la riqueza por al menos seis razones clave, entre las que mencionan que "es una herramienta poderosa para resolver nuestra crisis climática", "es un ganador económico", "hará que los estadounidenses sean más saludables, "es justo", "fortalece la libertad y la democracia" y "es patriótico".
Esta sorpresiva carta se enfoca en el plan presentado por la senadora demócrata de Massachusetts Elizabeth Warren, que exime de impuestos los primeros US$50 millones en activos, pero contempla un impuesto de 2% sobre las fortunas que superen los 50 millones, y sube la tasa a 3% en los activos de más de 1.000 millones. Según la carta pública, esta iniciativa afectaría a unas 75.000 familias en un país de más 327 millones de habitantes. Y se estima que podría generar cerca de US$3 billones en ingresos fiscales durante 10 años. Los firmantes del documento afirman que "somos uno de cada diez entre el 1% más rico del país deberíamos sentirnos orgullosos de pagar un poco más de nuestra fortuna por el futuro de Estados Unidos y así fortalecer el país que amamos".
La propuesta no es novedosa toda vez que en noviembre de 2017 más de 400 millonarios firmaron una carta al Congreso pidiendo a los legisladores que no redujeran sus impuestos. El Congreso, que en ese entonces contaba con mayoría republicana en ambas cámaras, discutía una propuesta del presidente Donald Trump para reducir los impuestos.
Más allá de esta carta, el impuesto a la riqueza tiene sus detractores. Entre sus argumentos se dice que sería difícil evaluar objetivamente el valor de la riqueza como obras de arte y joyas o activos ilíquidos. También existe la preocupación de que sea inconstitucional, debido a que el gobierno federal tiene prohibido gravar impuestos sobre la propiedad. No obstante, medidas similares funcionan en Suiza, Bélgica, Noruega y España, pero fueron puestos a prueba y lo eliminaron en Francia, Suecia y Alemania en particular por las dificultades para llevarlo adelante.
Más allá del deseo de estos 18 multimillonarios, está claro que la evasión de impuestos también es una práctica delictiva usual, tanto en Argentina como en otros tantos países.