En la Argentina, más de tres millones de familias no tienen su casa propia según coinciden diversos estudios sobre el déficit habitacional, entre ellos el Informe de la Deuda Social que elabora la Universidad Católica Argentina. Teniendo en cuenta que el acceso a una vivienda digna está consagrado en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, es el Estado el que debe liderar el cumplimiento de este derecho.
En otros países donde la estabilidad y la previsibilidad son moneda corriente en materia económica, la planificación a largo plazo representa una herramienta central para el desarrollo de las actividades y la inversión productiva o en infraestructura, partiendo de un bajo costo del crédito. Así las cosas, las familias pueden recibir préstamos para construir su casa propia y devolver el dinero a lo largo de 20 años o un plazo superior pagando intereses muy por debajo de los que se abonan en la Argentina de estos días.
En cambio, en nuestro país el acceso a la casa propia es una problemática medular, lo que explica la necesidad de salir a alquilar que tienen muchas familias o el crecimiento de las villas de emergencia donde muchos argentinos viven bajo un techo en condiciones precarias.
El reconocido economista y profesor universitario, Ricardo Arriazu, sostuvo que "el fracaso de la política habitacional en general se relaciona con niveles bajos de ahorro, con la necesidad de atender otros fines (educación, salud, infraestructura) y con la persistencia de procesos inflacionarios". En este sentido, agregó que se ha impedido "el desarrollo de un mercado de capitales que canalice el ahorro, restringiendo el mercado crediticio, especialmente el de largo plazo".
Para el experto, "la ineficiencia de los sistemas de incentivos y de las regulaciones, que ignoraron los persistentes procesos inflacionarios, imposibilitaron el desarrollo de un mercado de capitales que canalice el ahorro, restringiendo el mercado crediticio, especialmente el de largo plazo". Por eso se concluye que "la limitación del acceso a una vivienda parece responder a la imposibilidad que tiene gran parte de la población de obtener un crédito".
En su análisis, Arriazu puntualizó que "el saldo de los créditos hipotecarios en nuestro país representa el 1,4% del PBI", una cifra ínfima si se la compara con la de Estados Unidos, que trepa a 62,5% o incluso con la del país vecino, Chile, que asciende a 76%. Para terminar de comprender el problema, el economista explica que ante una inflación elevada pocos ahorran en la moneda local y en el sistema financiero porque la misma se desvaloriza rápido, entonces los bancos no tienen fondos para prestar; al mismo tiempo cuando se toma un crédito el valor de las cuotas es muy elevado por el impacto del alza de precios.
En este contexto, los esfuerzos coordinados de los gobiernos de distintos niveles, como municipio, provincia y nación, deben lograr la máxima eficiencia para dar la mejor respuesta posible a esta necesidad básica insatisfecha. Una de las respuestas implementadas por el Gobierno nacional es el Programa de Crédito Argentino (Procrear) Bicentenario, que a partir de los fondos de la ANSES se planteó como objetivo otorgar 400 mil créditos hipotecarios para la construcción, ampliación, terminación y refacción de viviendas, como así también para adquirir aquellas que son construidas por el Programa a través de desarrollos urbanísticos. Se trata de una política activa que ataca el problema pero de alcance limitado considerando la magnitud del déficit habitacional.
En su estrategia, sumó apoyos de los gobiernos locales, como el de Rafaela, que aportó un terreno en barrio Villa del Parque para proyectar un desarrollo de 132 departamentos, los que fueron sorteados el pasado sábado a través del sistema de Lotería Nacional, tal como ocurrió en tantos otros puntos del país sin que nadie haya objetado la transparencia de la metodología.
La obra, que demanda una inversión superior a los 100 millones de pesos, cuenta con un avance del 61 por ciento según se informó durante el acto realizado en el Cine Belgrano donde se procedió a definir la lista de sorteados de entre los 2.059 inscriptos, de los cuales 1.976 viven en Rafaela. Próximamente, los ganadores serán citados en la Sucursal local del Banco Hipotecario para armar las carpetas donde se sabrá si cumplen o no los requisitos para acceder a la vivienda.
Un dato que fue destacado durante la ceremonia es que más allá de este desarrollo urbanístico más de 600 rafaelinos ya recibieron créditos Procrear para construir su vivienda en lotes propios o para financiar refacciones. Asimismo, ANSES destacó que en toda la provincia ya hay en marcha 21.648 viviendas. Al respecto, de esta cantidad, 20.389 pertenecen a créditos otorgados en líneas individuales para familias con terreno propio y las 1259 viviendas restantes se construyen en 6 Desarrollos Urbanísticos, ubicados en distintas localidades, entre ellas Rafaela y Sunchales.