PARIS, 7 (AFP-TELAM). - El presidente francés, Nicolás Sarkozy; el titular del consejo de ministros italiano, Mario Monti; y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunirán en una cumbre tripartita prevista para el 20 de enero próximo en Italia, anunció el mandatario galo.

Como antesala de esa cumbre Sarkozy recibió ayer al presidente italiano Monti, con quien trató la crisis de la eurozona antes de sendas reuniones que ambos mantendrán en Berlín, la semana próxima con Merkel.

Sarkozy celebró "la valentía, la competencia y las decisiones extremadamente rápidas" de Monti y su gobierno.

"Hemos hablado de la situación de la zona euro y de todos los encuentros importantes que se acordaron en el último Consejo Europeo para tratar la reforma", confió además Sarkozy a la prensa en el palacio presidencial del Elíseo.

Monti, quien reemplazo en noviembre último a Silvio Berlusconi, puso en marcha un draconiano plan de ajuste en su país, la tercera economía europea.

Sarkozy anunció que el 20 de enero se reunirá con Merkel y Monti en Italia, diez días antes de la próxima reunión del Consejo Europeo, que tendrá lugar el 30 de enero en Bruselas. En la próxima reunión del Consejo Europeo los países de la zona euro deberán darle punto final al proyecto franco-alemán de modificación de los tratados europeos.

No obstante, el encuentro dejó en evidencia las diferencias de Francia e Italia en torno a la denominada tasa Tobin, que pretende gravar las transacciones financieras internacionales.

El lunes próximo, Sarkozy viajará a Berlín para reunirse con Merkel, mientras que dos días después le tocará a Monti entrevistarse con la Canciller alemana.

"Para hacer frente a esta crisis de confianza, todas las instituciones europeas deben enfrentar sus responsabilidades, así como cada Estado de la zona euro fue guiado a hacerlas", expresó el presidente galo. "Creemos en el euro, creemos en Europa, es necesario que cada uno tome ahora las decisiones que se imponen", enfatizó.

Con sus medidas para corregir los desequilibrios fiscales y financieros, Francia e Italia buscan obtener confianza de los mercados para poder mantener sus desordenadas cuentas públicas. Los mandatarios aseguraron que no descartan nuevas medidas destinadas a recuperar la competitividad de sus economías, pese al descontento que este tipo de iniciativas provoca en los ciudadanos de ambos países.