Editorial

Turismo, la frazada corta

Alcanzar un equilibrio en una actividad no siempre es fácil, pero un Gobierno debe buscar que sus medidas de carácter económico, político o sociales entre otras generen ventajas y beneficios evitando reducir los perjuicios al mínimo posible. En este marco, es muy común comparar la economía de un país con la figura de la "frazada corta", donde al querer cubrir la parte superior del cuerpo se termina  descuidando la zona inferior. La historia adjudica al brasileño Elba de Padua Lima, que fue director técnico de San Lorenzo cuando se consagró campeón en los años 60, la comparación de que el fútbol es como una manta corta. Aseguran que dijo: "Si te tapás la cabeza te destapás los pies y si te cubrís los pies te destapás la cabeza".

Aquella vieja frase extendió su uso en todas las áreas. Y bien vale su aplicación para entender lo que está sucediendo con el sector del turismo de la Argentina, que muchos definen como una industria sin chimeneas por su potencial para crear puestos de trabajo. Por un lado, se celebran los indicadores en alza del turismo interno que beneficia a miles de comercios y ciudades argentinas, con un consiguiente impacto favorable en el empleo y en los ingresos de los trabajadores, y por el otro se lamenta la retracción del turismo internacional por la implementación del impuesto al dólar que recortó la venta de paquetes al exterior, con un efecto negativo en las agencias. Un ejemplo claro de la frazada corta. 

Un informe reciente del Ministerio de Turismo de la Nación destacó que el turismo interno comenzó a recuperar su actividad y registró en enero niveles de ocupación hotelera que dan cuenta de un crecimiento interanual, marcando una notable recuperación de la actividad en uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional. En un destino emblemático como Mar del Plata, estiman que el incremento fue del 15 por ciento en cuanto a la ocupación en comparación con el año pasado mientras que en Villa Carlos Paz, otra referencia clave en la temporada de verano, la suba sería del 12,6 por ciento. En ambas ciudades, la ocupación llegó al 95 por ciento en la segunda quincena.

Otro relevamiento, en este caso de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), consideró que durante enero la ocupación hotelera fue "positiva" dado que en algunos puntos alcanzó el 99 por ciento. Entre los destinos con mayor número de turistas se encontraron La Cumbrecita, Villa General Belgrano, Calamuchita, la Costa atlántica bonaerense, Villa La Angostura, El Calafate en la Patagonia; Gualeguaychú y Colón, agregó la entidad que representa al sector privado.

En este escenario de crecimiento en la cantidad de turistas internos, el Gobierno tomó la decisión "estratégica" de promover el turismo internacional en la Argentina en busca de incentivar el ingreso de dólares al país. Para ello aprovechó la reciente realización de la Feria Internacional de Turismo en Madrid para promocionar los íconos turísticos argentinos, como la Ciudad de Buenos Aires, la Patagonia, Cuyo, las Cataratas misioneras y el noroeste. 

En este marco, las energías de la Argentina están enfocadas en especial en los turistas provenientes de China y de Europa. Unos 120 millones de chinos salen al mundo por año y Argentina recibe solamente 80.000 cuando se sabe que es un destino atractivo para ellos, especialmente el turismo antártico, se destacó desde el Gobierno, donde también creen que nuestro país tiene la gran posibilidad de aumentar el turismo europeo. En el caso específico de España, de los 200.000 españoles que visitan cada año el país, casi el 60 por ciento tiene que ver con visitar a familiares y amigos, no con la idea de hacer turismo. 

La política tiene que acompañar esta decisión con acciones, como consolidar la inversión en infraestructura, en particular, a la construcción de nuevos puertos, carreteras y hoteles. También es vital profundizar la conectividad y en esta dirección Aerolíneas Argentinas puede jugar un rol fundamental. 

Hasta aquí se habló de los que están debajo de la frazada. En el otro extremo se advierte que están en riesgo miles de puesto de trabajo de las agencias de viajes por el impacto del Impuesto País, es decir la aplicación de un tributo del 30 por ciento a quienes compran dólares para atesoramiento o para el pago de viajes al exterior y de los consumos que realicen fronteras afuera. 

La imposición del 30% que dispone este nuevo impuesto impacta en la venta de pasajes aéreos y otros servicios que se presten en el extranjero pone contra la pared a miles de pymes, que mayormente son empresas familiares, que ven cómo disminuyen y se paralizan sus ventas. Vale señalar que ocho de cada diez de estas agencias pertenecen a la categoría de micro empresas, por tener hasta siete empleados y para estas pequeñas Pymes, los salarios representan el 35,5% de la estructura de costos.


Autor: REDACCION

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