Desde siempre, y aún dentro de sus vaivenes económicos y financieros que en especial estos últimos años fueron muy importantes, España tuvo en el turismo uno de sus principales ingresos de divisas, y también, de actividad laboral. Pero ahora, el año pasado pues del balance de ese año estamos hablando, tuvo un verdadero boom que la llevó a establecer un récord histórico en cuanto a la recepción de turistas extranjeros, llegando a 73,5 millones de visitantes. Una cifra realmente inédita que ubicó a la península ibérica como tercera potencia mundial turística.
Tal cantidad de visitantes de otros lugares del mundo le significó a España un ingreso de 77.000 millones de euros, que fue lo que dejaron esos millones de turistas que se fueron sucediendo a lo largo de 2016 durante su permanencia en diversos lugares de España. En una economía que viene a los tumbos -tal lo consignado al inicio- la "industria sin chimeneas", concepto muy bien aplicado en este caso, sus ingresos representaron el 12% de la riqueza nacional.
Los españoles residentes son 47 millones, y si tienen algo que los destaca, es que cuidan muy bien del turista, son serviciales, atentos y siempre bien dispuestos, por lo cual España tiene el mayor porcentaje de fidelización, es decir, de viajeros que regresan. Los que visitan esas tierras, no sólo repiten la experiencia, sino que se convierten en los mejores propagandistas, lo cual tiene un valor inmenso, habiendo sido determinante para que España haya alcanzado el año pasado el tercer lugar mundial en la industria turística.
En 2016 el que se ha dado en denominar "tsunami turístico", experimentó un crecimiento de 7,2 millones más de visitantes, incrementándose el gasto diario de los mismos a 138 euros, con un total global de 8,3% más que el año precedente.
En realidad este crecimiento explosivo del último año no fue algo totalmente inesperado, ya que el turismo viene expandiéndose en España en los últimos 7 años en forma ininterrumpida, y desde 2011 a la fecha, el gasto de los visitantes subió 26.000 millones de euros, razón por la cual el Foro Económico Mundial describió al turismo español como "uno de los más competitivos del mundo".
Es que España se encuentra muy duramente afectado por la desocupación, la desigualdad, siendo la exclusión de un 36% de la población total, con un empobrecimiento muy fuerte a raíz de la pérdida del poder adquisitivo del salario, apareciendo entonces el turismo como una verdadera fuente de creación de empleos, cubriendo nada menos que el 7,2% del total de los nuevos puestos de trabajo, siendo por lo tanto la primera actividad en cuanto a la generación de empleos.
España es además elegido como punto de visita por unos dos o tres millones de personas que escapan espantados de otros países vecinos por la reiteración de episodios terroristas, aunque de ninguna manera se trata de una cantidad determinante, ya que el turismo cuenta allí con una base sumamente sólida, con sol y playa, montañas, ciudades modernas y también medievales, grandes museos, palacios y obras que se conservan desde hace cientos de años como testimonio de la cultura española, y además, un turismo rural que registra espectacular suceso y atracción para los visitantes. Eso, sin contar con la hotelería de primer nivel, como así también ofrecimientos muy buenos para los turistas que desean hacer otra clase de recorridos, junto a una gastronomía de excelencia.
Si bien llegan a tierras españolas turistas desde todo el mundo, como indudablemente debe ser para alcanzar a más de 70 millones de visitantes, España es también el más visitado por los propios europeos, llegando turistas de casi todos los países de Europa, quienes se sienten allí no sólo bien atendidos, sino que disfrutando de los mejores paseos, y mucho sol y playa que es lo que casi todos buscan. El lugar ideal no sólo para recorrer, sino para pasar las vacaciones.
Por cierto, desde la Argentina deberíamos extraer muchas enseñanzas y conclusiones sobre la actividad del turismo, eso si queremos que aquí continúe creciendo, pero con cifras realmente significativas, que lo conviertan en una de las columnas del progreso.