WASHINGTON, Estados Unidos, 10 (AFP-NA). - El presidente estadounidense, Donald Trump, pidió al Congreso un acuerdo para regularizar a miles de inmigrantes indocumentados llegados al país cuando eran niños, pero siguió inflexible sobre el escollo con la oposición: la construcción de un muro fronterizo con México.

"Esa debería ser una ley del amor", dijo Trump en una reunión en la Casa Blanca con legisladores oficialistas y opositores a la que, raramente, periodistas pudieron asistir durante casi una hora.

"Creo que se puede hacer muy rápidamente", dijo, lamentando el grado de "animosidad y odio" entre demócratas y republicanos que contaminó la vida política estadounidense durante muchos años.

Trump derogó en septiembre el decreto de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, del inglés), creado en 2012 por su antecesor Barack Obama y que otorga estatuto legal temporal a unos 690.000 jóvenes indocumentados, la mayoría latinoamericanos.

El Congreso ahora tiene plazo hasta marzo para encontrar una solución definitiva para esta población. El mandatario reclamó "una solución permanente" para los llamados "dreamers" (soñadores), y destacó que la "seguridad fronteriza" es uno de los componentes esenciales de cualquier legislación sobre el tema.

Trump ha pedido durante mucho tiempo al Congreso fondos para levantar el muro en el sur del país, una promesa emblemática de su campaña. "Necesitamos un muro", dijo, durante el largo intercambio con los legisladores, aclaró que "no es necesario que se extienda por toda la frontera porque ya existen obstáculos naturales" y no dio "ninguna estimación sobre la longitud" que estaba considerando.