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Traban enfermedades oftalmológicas en PAMI

De la mano del avance de la expectativa de vida, la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), que constituye la principal causa de ceguera legal (por la que se puede tramitar el certificado de incapacidad) en mayores de 65 años, amenaza en convertirse en un problema de salud pública en América latina. Eso es lo que sostiene un informe de expertos, que advierte sobre la existencia de barreras en el acceso al tratamiento que amenazan la vista de los pacientes.

"Sistemas burocráticos de seguros de salud que limitan y bloquean el acceso a los tratamientos aprobados para la DMRE" y "sistemas de reembolso complicados que generalmente retrasan el tratamiento" son las dos principales barreras en la región que consigna el informe "Promoviendo mejores tratamientos y resultados para la DMRE", redactado por expertos de la Sociedad Panamericana de Retina y Vitreo.

La Argentina, coincidieron especialistas consultados, no escapa a estas dificultades. "La mayor parte de nuestros pacientes llega tarde al tratamiento -aseguró el doctor Carlos Zeolite, presidente de la Sociedad Argentina de Retina y Vitreo-. El paciente hospitalario no tiene acceso prácticamente a ninguno de los tratamientos hoy vigentes, ya que son muy pocos los hospitales que los proveen. Las obras sociales, por su parte, tienen un sistema burocrático en donde el paciente debe pasar por auditores, lo que demora un tiempo que es precioso para la efectividad del tratamiento."

"A los 6 meses de la aparición de los síntomas (visión borrosa, distorsión de las líneas, alteración de la visión de los colores), una persona puede perder la visión -dijo el doctor Patricio Schlottmann, de la Organización Médica de Investigación-. En PAMI, que es uno de los principales prestadores que cubren el tratamiento de la DMRE, vemos muchos pacientes que tardan 30 o 40 días en acceder a la medicación, y también casos en que tardan 60 días porque falta un papel o quieren revisar alguna cosa, cuando debería empezar a tratarse dentro de los 14 días posteriores al diagnóstico."


SINTOMAS Y ALERTAS

En muchos casos, se trata de pacientes que han perdido la visión de un ojo. "Lo típico que vemos es un paciente que recién con el segundo ojo se da cuenta. Y ahí el tiempo apremia", agregó. Una forma de advertir los primeros síntomas de la enfermedad es taparse cada uno de los ojos para determinar qué tan bien ve el ojo destapado.

La degeneración macular asociada a la edad afecta a más del 35% de los mayores de 80 años, en los que destruye la visión central aguda, que es la que permite leer, manejar, reconocer una cara y realizar infinidad de tareas que permiten que una persona se maneje en forma independiente. "Si bien no llega a causar una ceguera como en la que piensa la gente, que es como estar dentro de una habitación sin luz, causa ceguera legal, porque la persona no puede leer ni manejar, ni tampoco trabajar", precisó Schlottmann.

La Organización Mundial de la Salud estima que afecta a entre 25 y 30 millones de personas. "Es la primera causa de ceguera legal en el mundo desarrollado, y aunque en la Argentina no contamos con estudios al respecto, aparentemente también es así", agregó el oftalmólogo, que precisó que existen dos formas de DMRE. La forma seca, de lenta evolución, es la más frecuente, pero carece de tratamiento. La húmeda, por su parte, es la más rápida y agresiva, pero hoy su avance puede ser frenado en el 95% de los casos mediante la inyección intraocular de drogas que inhiben la formación de nuevos bajos sanguíneos debajo de la retina, cuyo crecimiento anárquico es el que lesiona la región central de la retina: la mácula.

Los medicamentos no sólo detienen el avance de la enfermedad, dijo el doctor Lihteh Wu, presidente de la Sociedad Panamericana de Retina y Vitreo, "sino que en el 40% de los casos se puede recuperar parte de la visión perdida hasta obtener una visión compatible con los requisitos para conducir un automóvil".

Pero el tratamiento de la DMRE es caro, lo que representa una barrera de acceso para los pacientes y un desafío para los sistemas de salud. Cada inyección intraocular cuesta entre 2.000 y 12.000 pesos, según la droga usada. "El tratamiento inicial implica tres dosis, una por mes, pero muchos pacientes deben ser tratados uno o dos años más, con inyecciones mensuales, bimestrales o trimestrales -explicó Zeolite-. Muchas obras sociales y prepagas aprueban las dosis iniciales y no los retratamientos. Esto o lo paga el paciente o abandona el tratamiento y se pierden sus efectos."


Fuente: diario La Nación, 21/2/13.

Autor: Redacción

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