Editorial

Todo al revés

La Universidad Austral difundió recientemente un trabajo sobre la Región Centro que conforman las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, advirtiendo que la deficiente situación fiscal de las tres mencionadas puede tornarse mucho más complicada, consecuencia de los muy claros índices declinantes de la actividad económica que empezaron a registrarse desde el último trimestre de 2011 y se acentuaron en este primer tramo de 2012.

Las tres provincias, casi en simultáneo -según sostiene este trabajo- recurrieron a la aplicación de más gravámenes impositivos, endeudamiento y aumento del gasto público, como metodología para tratar de superar esa instancia tan complicada. 

En realidad, este panorama que se afronta ahora no resultaba complicado de anticiparlo, y consecuentemente tomar previsiones como para que la situación no alcance tanta gravedad, ya que en los últimos tiempos los ingresos crecían a razón de 29-35 puntos mientras que los gastos lo hacían a razón de 38-43 puntos. Con tal escenario, era poco menos inevitable llegar a este momento en que las arcas se encuentran vacías, y además con el agravante de endeudamiento.

Como recurso habitual, se apela a más y mayores impuestos, con escasa reducción de gastos, aun cuando ambos aspectos deberían avanzar en forma conjunta. Frente a este panorama, el trabajo de la Austral destaca que "el momento para aumentar los impuestos es el menos adecuado, no porque las arcas provinciales puedan prescindir de ellos, sino porque los indicios de la desaceleración económica son cada vez más evidentes". Podría añadirse que es más que sabido que cuando hay caída en la actividad y aparece el fantasma de la recesión, el aumentar los impuestos no hace otra cosa que acelerar el proceso de deterioro, pues todos los sectores se contraen más de lo necesario, en previsión de una mayor contracción. 

Frente a un panorama recesivo, lo aconsejable es bajar los impuestos tratando de introducir un elemento de fomento para todo el conjunto de la actividad, y además apuntando esencialmente a la conservación del empleo, aunque aquí se hace exactamente al revés, por lo cual las consecuencias son fáciles de anticipar.

Volviendo a los datos precisos de la Región Centro, son claros al confirmar "la caída de la producción, tanto en las intenciones de inversión como en la demanda de empleo", ofreciéndose dos muy evidentes: en Rosario el desempleo subió 2,8% respecto a un año atrás, en tanto en Córdoba 1 punto.

Uno de los temas que impacta muy fuerte en la Región Centro, al igual que en el resto del país, es la fuerte inflación, que provoca un evidente deterioro en casi todos los factores, tanto productivos como laborales y sociales, ya que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios es más que significativa. En materia de buscar antecedentes, se menciona la crisis de 2009, aunque aparece una clara diferencia pues en aquella ocasión el deterioro fue similar pero la inflación se redujo y facilitó el retorno a la normalidad, algo que no se registra ahora, cuando estamos en pleno retroceso en casi todos los aspectos pero la inflación se sostiene e incluso continúa creciendo.

En el mercado laboral también hay un alerta muy fuerte en la Región Centro, ya que entre el primer trimestre de 2011 y el de 2012 se perdieron 15.000 puestos de trabajo, constituyendo un clarísimo contraste con los resultados de un año atrás en igual período, cuando se habían creado 55.000 empleos.

Un caso evidente de la Región Centro es nuestra provincia de Santa Fe, cuya situación conocemos más de cerca, la cual se ajusta perfectamente a las características apuntadas por el trabajo de la Universidad Austral, ya que está el endeudamiento de 556 millones en Letras, la reforma tributaria -que muchos denominan "impuestazo" en lugar de eso- para elevar fuertemente la presión impositiva, y además, en contraposición los gastos que no se redujeron, refiriéndonos en este caso no a los esenciales para sectores como salud, educación y seguridad que no sólo deben mantenerse sino que incluso aumentarse en la medida de lo posible. Cuando se alude a achicamiento de gastos se apunta a los improductivos, destinados al funcionamiento político, que fueron desbordados en la anterior gestión, dejando una deuda casi tanto como los 1.600 millones que había recibido al momento de iniciarla. 

Se asegura que desde el comienzo de la administración socialista a fines de 2007 la incorporación de personal cubriendo cargos creados en la planta de personal y los de carácter político fueron nada menos que 11.000. Y eso tiene un altísimo costo. 

Autor: Redacción

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