Suplemento Economía

Tipo de cambio Real y Crecimiento Económico

El tipo de cambio devaluado ha sido unos de los pilares del modelo económico actual. Se supone que un tipo de cambio elevado funciona como estímulo para las exportaciones; en tanto que brinda protección para la industria sustituidora de importaciones, generando empleo, demanda interna y crecimiento económico. Simultáneamente, el Gobierno Nacional utiliza la herramienta cambiaria para generar ingresos de caja a través del cobro de retenciones a las exportaciones. A su vez, este impuesto a las exportaciones cumple el rol de
desdoblar los precios internos de algunos productos transables que la Argentina exporta (alimentos) respecto de los precios externos; y así aminorar la “inflación importada” (de muchos de los alimentos básicos) en un contexto de “boom de precio de commodities”. Por último, el BCRA compra con nuevos pesos -que emite- el superávit comercial para sostener el tipo de cambio por encima del equilibrio de mercado. Este aumento de la cantidad de dinero,
inyecta liquidez en los mercados, estimulando el crédito, el consumo, la inversión, el gasto y el nivel de actividad. Paralelamente, mientras las reservas se engrosan el país cuenta con ingresos genuinos para hacer frente a sus obligaciones en moneda extranjera.
En teoría, el modelo no presentaría fisuras y se generaría un círculo virtuoso entre el tipo de cambio real depreciado, la entrada de dólares, el crecimiento y el desarrollo económico. No obstante, en la realidad el vínculo entre el sector externo y el nivel de actividad se ve obstaculizado por las mismas inconsistencias de la política económica interna.
Concretamente, es la inflación la que pone en jaque al modelo actual: producto de la política fiscal expansiva (y a diferencia de lo que ocurría en el 2003-2004) el Tesoro Nacional no tiene ingresos disponibles para comprar el exceso de dólares y sostener el tipo de cambio genuinamente. Por el contrario, el BCRA es el encargado de intervenir el mercado cambiario y comprar el exceso de dólares con emisión. Y dado que la economía se encuentra próxima al pleno empleo, y el público no desea demandar todos los “nuevos” billetes impresos, la política monetaria expansiva deviene (total o parcialmente) en un incremento del nivel general de precios.
En este marco, el avance de la inflación desgasta la competitividad-precio que otorga el tipo de cambio devaluado; abaratando las importaciones respecto de sus pares producidos localmente. Paralelamente, las exportaciones son inelásticas al tipo de cambio y responden principalmente a los precios internacionales de las materias primas y a la demanda brasilera de productos argentinos. En definitiva, a medida que se acelera el aumento de los precios, se achica la brecha existente entre exportaciones e importaciones, cortándose el círculo virtuoso entre entrada de dólares y crecimiento económico.

Balanza comercial en Diciembre 2010 y Perspectivas


De acuerdo a los datos publicados por el INDEC, en Diciembre de 2010 el superávit comercial de Argentina ascendió a U$D 241 MM, lo cual representa una caída de más del 80% con respecto al saldo positivo de Diciembre ’09 (USD 1.221 MM).
Paralelamente, los doce meses del año arrojaron un superávit comercial en torno a los U$D 10.707 MM, que representa una reducción del 37% con respecto al mismo período del año pasado (U$D 16.888 MM).
Este saldo comercial positivo (U$D 10.707 MM) de 2010 estuvo forjado por unas exportaciones e importaciones totales de U$D 66.079 MM y U$D 55.372 MM respectivamente.
En los doce meses del año las exportaciones han crecido a una tasa interanual de 19%; lo cual implica un ritmo de expansión 24 puntos porcentuales más bajo que el de las importaciones (43%) en el mismo período.
El aumento del valor exportado en el mes (comparado con igual mes del año anterior) fue el resultado de los mayores montos registrados en todos los rubros, a excepción de Combustibles y Energía. El mayor ascenso interanual en valores absolutos correspondió a Manufacturas de origen industrial -primer rubro de exportación en el mes de diciembre-, cuyas ventas registraron un alza del 27% como resultado de un aumento de las cantidades vendidas (17%) y de los precios (9%).
Le siguieron las ventas externas de Manufacturas de origen agropecuario -segundo rubro de exportación durante el corriente mes- que registraron un incremento en los valores exportados del 14%, debido a un aumento de los precios (16%) que lograron compensar una leve disminución de las cantidades exportadas (-1%). Las ventas externas de Productos primarios, aumentaron el 15% producto de un aumento en las cantidades vendidas y de los precios (7% en ambos casos).
Por su parte, los Combustibles y energía, registraron una merma del 13%, debido a una disminución de las cantidades vendidas (-27%), que no llegaron a compensar el aumento de los precios (19%).
Por el lado de las importaciones, el mayor ascenso en valores absolutos se registró en las compras al exterior de combustibles y lubricante que se incrementaron un 128% en términos interanuales, donde se destacaron las compras de gas oil, gas natural licuado y en estado gaseoso, hulla bituminosa y querosenes de aviación.
Le siguen las importaciones de bienes de capital (U$S 1.357 MM) que se incrementaron un 67% respecto al mismo mes del año anterior. Este aumento estuvo forjado por las mayores importaciones de aviones, grupos electrógenos, cosechadoras, vehículos automóviles para transporte mayor a diez personas, tractores de carretera para semirremolques, juegos activados con monedas o fichas, computadoras portátiles, impresoras offset y decodificadores de televisión.
Por último, se destacan las importaciones de Bienes intermedios (36% a/a), debido a un aumento conjunto de los precios y las cantidades; especialmente por las mayores compras de minerales de hierro, urea con contenido de nitrógeno, anticuerpos humanos de afinidad específica, palanquilla de hierro o acero sin alear, productos laminados planos de hierro.
En términos sectoriales se observa un superávit de U$S 1.958 MM en el sector energético en todo el 2010; dado que las exportaciones (U$S 6.401 MM) de energía superaron a las importaciones (U$S 4.443).
Paralelamente, la balanza comercial industrial presenta un déficit del U$S16.747 MM en los doce meses de 2010, forjado por exportaciones de bienes industriales de U$S 24.018 y unas importaciones de bienes para la industria de U$S 40.767 MM.

Comercio Bilateral con Brasil

La robusta economía brasileña y la fuerte apreciación de su moneda sigue siendo una tabla de salvación para muchos sectores de la industria argentina. El fuerte crecimiento del país vecino en 2010 (6%) y de su industria (10,6%) arrastró a la industria argentina (8,8%). Un dato ilustra el punto: las exportaciones a Brasil explicaron la mitad del crecimiento de las exportaciones
industriales argentinas en 2010.
Sin embargo, la economía Brasileña debe enfrentar la actual apreciación de su moneda que se contrapone con el objetivo de mantener la inflación en torno al 4,5% (meta de inflación).
El control de la inflación junto con el nuevo objetivo cambiario trae aparejado el conocido “trilema de las economías abiertas”. Esto es, la capacidad de administrar una política monetaria independiente bajo tipo de cambio fijo, en un escenario de creciente integración de los mercados de capitales. Las presiones inflacionarias que se fueron agravando en los últimos meses de 2010, exigen mantener tasas de interés elevadas. Esta política incentiva el ingreso de capitales y termina apreciando el tipo de cambio. Para frenar esta tendencia, el gobierno de Brasil viene aplicando medidas para controlar el ingreso de capitales (algunas de estas medidas son la triplicación del impuesto a las compras de activos financieros a los no residentes y las restricciones a los bancos para mantener posiciones cortas (endeudadas) en dólares. En paralelo, viene profundizando la estrategia de compra de reservas e intervención en los mercados de futuros del Real.)
De todas formas el Real parece mantener su tendencia alcista.
Un giro sutil en la política económica de Brasil implica un riesgo elevado para algunos sectores de la economía Argentina. La devaluación brasileña de 1999 fue el preludio de los gravísimos problemas de competitividad que enfrentaría la economía local y que, varios años después, culminaron en la mega-devaluación de 2002. Hoy el tipo real de cambio bilateral con
Brasil más que duplica al vigente en aquellos años. Se trata de un colchón cambiario impresionante: una devaluación real del peso de 120% que mantiene a flote a muchos sectores.
De este modo, durante el mes de Diciembre de 2010, el resultado comercial con Brasil exhibió un déficit de U$S 332 MM. Si se anualizan los resultados del año, se observa una profundización del déficit bilateral que asciende a U$S 3.161 MM en los doce meses, incluso en un marco de fuerte apreciación de la moneda brasileña.

Autor: Redacción

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