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Textos para el recuerdo

ARCHIVO VIRTUAL// DESFILE INAUGURAL// De una edición del Festival Nacional de Folclore de Cosquín. LA IMPONENTE PLAZA PRÓSPERO MOLINA// Panorámica ante el majestuoso escenario Atahualpa Yupanqui. EN EL ESCENARIO//Las delegaciones de provincias y de o


Relato de un pionero

Uno de los primeros nombres que se sumaron a la patriada de organizar un encuentro artístico musical en la ciudad de Cosquín fue el del médico local Santos Alcides Sarmiento. Su figura permaneció incorporada a la Comisión Municipal de Folklore hasta el final de sus días ya que fue Presidente Honorario Vitalicio de la entidad organizadora del Festival Nacional de Folklore. Había nacido en 1912 y se especializó en tisiología, en enfermedades infecciosas y en administración hospitalaria. Fue docente y un activo participante en instituciones de salud, así como comprometido gestor cultural, prolífico escritor y distinguido en numerosas oportunidades por su vasto quehacer. Se fue de esta vida a los 95 años y dejó una profunda huella por su entereza, bonhomía, generosidad y altruismo. Entrevistado por el Suplemento Cultural “La Palabra” en un encuentro exclusivo en su lugar de trabajo en 1999, expresó entre otras ideas las que a continuación compartimos con los lectores.

“En realidad el Festival, desde el punto de vista del escenario puro puede tener una vivencia limitada, pero cuando a esas manifestaciones estéticas, la música, el canto, la danza, se le da un fondo cultural que haga a la intimidad, a la soberanía y a la libertad de país, le está dando a usted un basamento perdurable y difícil de destruir. La danza puede cambiar, puede ser invadida por danzas extranjeras, pero la cultura, el sentimiento cultural, la parte psicológica del pueblo argentino en cuanto a sus vivencias como individuos, como sociedad, como nación, se hace a través de la cultura. Por eso nosotros en el segundo Festival nos dimos cuenta de que era necesario crear el Ateneo Folclórico de Cosquín. El hecho folclórico no se inventa, ni se hace por necesidad, por urgencia o por el deseo de la persona; el hecho folclórico existe, es cuestión de verlo, estudiarlo, transferirlo y proyectarlo a la comunidad. El hecho folclórico se hace a través de muchas manifestaciones estéticas del hombre, por la danza, la música y también por las artesanías, por eso un año después se creó la Feria Nacional de Artesanías. La que ha tenido, bajos, altos y altibajos, en su calidad, lógicamente porque no es tan fácil arreglar en un mes todo el movimiento cultural de siglos en una ciudad chica. El otro aspecto es la proyección que tiene el Festival que es nacional, latinoamericano y mundial, nosotros hicimos la integración cultural antes que los poderes públicos y antes que el Mercosur. (…) Trajimos desde el primer Festival presentaciones de delegaciones uruguayas, chilenas, venezolanas, mexicanas y le dimos valor a lo auténticamente nuestro. La nuestra es una cultura indolatinoamericana: indígena y europea por las inmigraciones. (…) A la gente joven le diría que tiene una sola posibilidad, capacitarse dentro del ritmo y las reglas de juego de este momento. Yo en estos momentos soy un ignorante en computación, en electrónica, en cibernética, me siento un ignorante. El joven tiene que capacitarse para esta globalización. Y al capacitarse, como segundo elemento fundamental, todas las noches al acostarse decir ‘la voluntad lo puede todo’, vale decir que con voluntad se llega a lo que se quiere. Yo vengo de un hogar campesino y creo que cumplí con todas las reglas sociales de mi época, y me he capacitado, he producido y he triunfado en muchos aspectos. Sobre todo creo que hay un problema fundamental y es el desequilibrio entre la juventud y la vejez en este momento, entre el padre y el hijo que son dos platillos de una balanza que se carga con diferentes pesas. Creo que hay que equilibrarlo".






Autor: REDACCION

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