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Terra Nostra Vivero Boutique, un lugar donde se unen dos energías creadoras

Por Silvia Ibarra

La palabra "trabajo" tiene varias acepciones según la Real Academia Española, una de ellas la define como una "ocupación retribuida", en cambio otra sostiene que se trata de una penalidad, una molestia, un tormento o un suceso infeliz.
Más allá de estas definiciones, para otras personas el trabajo está asociado con el disfrute. Es que se puede aspirar a una labor de la que no solo se obtenga una retribución económica, sino que también brinde altos niveles de satisfacción y felicidad. Correr riesgos y lanzarse a la aventura de vivir de los sueños requiere determinación, una gran cuota de actitud y en menor medida, habilidades.
María del Valle Inwinkelried o Marita como prefiere que la mencionen es un claro ejemplo de esas personas que han optado por vivir una experiencia distinta, y es por ello que este año abrió las puertas de “Terra Nostra Vivero Boutique”, un espacio donde convergen la naturaleza, elementos de decoración y la más cálida atención.

-¿Cómo y cuándo inicia este emprendimiento?
-“Vivero Terra Nostra” no lo pensamos como un “comercio”, sino como una experiencia para compartir, rodeada de naturaleza, jardinería, huerta y decoración. Ese es nuestro “plus”, el valor agregado que quisimos y queremos brindar. Al emprendimiento lo soñamos en plena pandemia, con mi esposo Ezequiel; él abogado, yo contadora, dos carreras tradicionales y estructuradas. Fue un florecer interno cuando el entorno era encierro. Estamos convencidos que ninguna situación es del todo mala o buena, eso depende de cómo lo veamos y vivamos. A partir de esa situación descubrimos que podíamos vivir diferente. Siempre estuvimos acostumbrados a los horarios, las reuniones, los vencimientos, los números, la ansiedad. Esto ya se había hecho nuestra forma y manera de vivir e inevitablemente la de nuestros hijos, Octavio y Clara. Empezamos a pensar en armar algo donde el trabajo sea disfrute, algo propio, nuestro, de nuestra familia. Queríamos que nuestros hijos vean y vivan la lucha por los sueños y proyectos. Creemos que esta puede ser una de nuestras misiones en el mundo y no se trata de algo extraordinario, lo importante está en lo más simple, en lo mínimo del día a día. Algo que dejaremos para los que nos sucedan, algo para lo cual vinimos a esta vida. Observando lo efímero de la existencia, nos propusimos concretar lo que nos gustaba, lo que nos daría placer y nos haría más felices aún. Nos propusimos vivir de las experiencias que amamos: profesiones y proyectos. Y así, mezclando números, leyes, arte, naturaleza, hogar y familia, y surgió Terra Nostra. Juntos pensamos cada detalle, lo que queríamos vivir y que vivan quienes nos visiten. Nos propusimos hacer un aporte -desde nuestro humilde lugar- a la sociedad. Quisimos crear un lugar especial, una atmósfera donde sea un placer transcurrir, estar, quedarse y volver. Hasta acá todo era color de rosas, sueños, amor, deseos…pero llegaba el momento de lanzarse y eso no era tan sencillo, nos topamos con la realidad, lo económico, la inestabilidad y los temores. Ahí estuvieron esas personas que te apuntalan, te dan fuerzas, ánimo y que te apoyan. Y así, dimos el paso, convencidos.
-¿Qué significa para vos Terra Nostra?
-Terra Nostra es una convergencia de energías. Es familia, amigos, naturaleza, proyectos, espiritualidad, búsqueda, vida. Terra Nostra es como la jardinería, donde se unen dos energías creadoras: la humana y la de la naturaleza. Es así como acortamos la brecha entre los sueños que tenemos en la cabeza y el suelo que está bajo nuestros pies. Eso es Terra Nostra, un sueño hecho realidad, algo que recién empieza y queremos crezca, sea grande, hermoso.
-¿Quiénes forman parte de este emprendimiento?
-Nuestra familia entera. Mi esposo y yo lo pensamos, lo soñamos, pero lo hicimos posible gracias a toda nuestra familia, que de una u otra forma nos ayudaron a darle vida, a ejecutarlo; aportando trabajo y palabras de aliento.
-¿Y de dónde crees que viene tu amor por las plantas?
-Seguramente de mis antepasados, y el de muchos, donde la tierra daba todo lo necesario, donde el jardín o la huerta eran refugio, donde se disfrutaba del aire libre y se observaba el ciclo natural de lo sembrado. Todo lo que sucede en la naturaleza y en las plantas ocurre a un ritmo lento, las flores, los árboles, los arbustos se limitan a crecer tranquilamente a su ritmo. Y eso es lo que se está perdiendo, el ritmo natural de cada uno y eso quería empezar a recuperar.
-¿Cómo se integra tu parte “contable” al emprendimiento?
-Doy gracias a Dios y al universo haber estudiado contadora, no solo es una forma de vida, una fuente de ingresos. Me simplificó las tareas al momento de efectuar los trámites propios de un emprendimiento, las habilitaciones, los impuestos, el sistema contable informatizado. Y es ahí donde muchos se dan por vencidos, pero yo, ya estaba un pasito adelante, eso no era un obstáculo. Uso mi profesión para la parte “dura” del emprendimiento, tema costos, software de gestión, margen de ventas, que también es una veta muy importante a la hora de emprender. Todo nace como un sueño, pero llevarlo a la práctica requiere de capacidades y conocimientos. Y fue ahí donde la contadora jugó su partida.
-¿Qué aprendiste de vos misma trabajando en tu propio emprendimiento?
-Aprendí muchísimo gracias a Terra Nostra. Aprendí a valorarme, a darme cuenta de que puedo, que no hay límites. Aprendí que a veces lo que uno defiende como una verdad absoluta, puede no serlo. A respetar opiniones ajenas, ver escalas de grises, ser más empática y principalmente a cambiar la idea de trabajo por la de experiencia y energía. Aprendí a disfrutar de mi familia, a hacerlos parte de mi trabajo, de mi día a día. Que sola no puedo con todo, a pedir ayuda. Comencé a “verme”, a escucharme… Como sabiamente dijo Mahatma Gandhi “Olvidar como cavar la tierra y cuidar el suelo es olvidarnos de nosotros”.
-¿Qué beneficios ha aportado a tu vida el dedicarte a pleno a las plantas?
-Al surgir el proyecto comencé a tomar cursos, leer, capacitarme, aprender la rama terapéutica de la jardinería. La comprendí como una forma de alquimia, como un sistema casi mágico de transformación. Estar inmersos en la naturaleza produce sensación de seguridad y calma. Cuando observamos la naturaleza inevitablemente nos centramos en el presente, en el aquí y ahora. Y mi transformación personal se fue dando también junto al emprendimiento.
-¿Qué le dirías a alguien que recién está poniendo atención al mundo de las plantas, cómo lo inspirarías a entusiasmarse con ellas?
-Le diría que, en la naturaleza todo está entrelazado, todo tiene su razón de ser. A través de las plantas nos acercamos a la belleza, al misterio del crecimiento y desarrollo. Los jardines infunden vitalidad, mejoran la salud, ayudan a relajarse, dan energía mental, fortalece la capacidad de concentración. Le diría que se zambulla en ese universo mágico, es un camino de ida.
-¿Qué plantas recomendarías para el interior de una casa?
-¡Hay muchísimas y cada una con su encanto! Lo importante a saber es el beneficio de tener plantas en nuestro hogar.
Estas limpian el ambiente, regulan la humedad, ayudan con el estrés, potencian la concentración, tienen propiedades calmantes, aromatizan, mejoran el estado de ánimo, reducen la sensación de fatiga. Y no olvidemos, son seres vivos, no adornos.
-¿Qué consejo le darías a una persona que desea emprender, pero aún no se atreve?
-Que sueñe siempre, que dé vida a ese sueño creando proyectos que se conecten con su esencia más íntima para enamorarse de ellos, para hacerlos carne. Que se capacite, que estudie la implementación del proyecto en el mercado. Es un camino, que disfrute el proceso. Se trata de soñar, proyectar y concretar; pensar y hacer.

CONTACTO:
TERRA NOSTRA
Vivero Boutique
Ruta 70, km 70,5 – Bella Italia
Instagram: @terranostraplantas
WhatsApp: 3492 509296 





Autor: REDACCION

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