Editorial

Tensión en el Mercosur

FOTO NA LACALLE POU.

El planteo del presidente uruguayo Luis Lacalle Pou de mantenerse dentro del Mercosur, pero salir al mundo para abrir negociaciones comerciales de manera individual, tensa las relaciones del bloque, pero no al punto tal de generar una ruptura.
Posibilidad de ruptura no hay, salvo que la decisión la tome Brasil, estiman los analistas, luego de conocerse, en la última reunión las expresiones del presidente argentino Alberto Fernández.
Uruguay no es un país que pueda destruir el Mercosur o patear tablero, porque no tiene fuerza para hacerlo. Una posibilidad, sin embargo, es la denuncia del Tratado de Asunción, que supone iniciar el proceso para irse del bloque. Está claro, no obstante, ese no se daría en el corto plazo.
En ese marco, de todos modos, debe señalarse que no existe la posibilidad de que se suspenda o se expulse a Uruguay del Mercosur, porque la única forma es a través de la aplicación de la cláusula democrática, algo que se aplicó, en su momento, con Paraguay (por la destitución del expresidente Fernando Lugo) y con Venezuela.
Lo que sí puede ocurrir es que si Argentina entiende que se violó el artículo 1 del Tratado de Asunción, se active el sistema de solución de controversias. En ese marco, se podrían aplicar aranceles al vecino rioplatense.
Medios uruguayos coincidieron en señalar que el discurso de Lacalle Pou en la cumbre fue muy cauto, porque bajó la pelota al piso y fue hábil al plantear que no quiere salir del Mercosur.
Según afirman, la estrategia de Uruguay está dirigida a la Argentina y supone no aceptar un no como respuesta, ya que los orientales tensan al máximo la relación con Argentina porque saben que cuenta con el apoyo de Brasil.
Lo que el gobierno de Lacalle Pou debe conseguir en los seis meses próximos, en los que Brasil tiene la presidencia pro tempore, es que ese país pueda apoyar una declaración o apruebe alguna norma que habilite a Uruguay a negociar con China.
No hay dudas, por lo tanto, que en el actual contexto político exista la mínima y remota posibilidad de que se suspenda a Uruguay del bloque, sí se considera, de parte de los especialistas, que a mediano plazo que esto podría variar si hubiese un cambio de gobierno en Brasil el año próximo, ya que las encuestadoras dan como favorito a Luiz Inácio "Lula" Da Silva para volver al poder en el Gigante del Sur.
No puede obviarse, al margen de cualquier tipo de análisis, que la posición de Uruguay jaquea al Mercosur, porque la forma en que se pretende avanzar es bastante agresiva y no está permitida dentro del bloque por la resolución 32/00, al tiempo que se busca mantenerse como miembro pleno.
En materia económica, a Brasil y Argentina no les sirve que Uruguay abandone el Mercosur porque el gobierno de Lacalle Pou les compra más de lo que vende.
La posición asumida por Brasil implica "hacer la vista gorda" a una negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) de Uruguay y China para luego avanzar en bajar el arancel externo común.
Especialistas argentinos, por su lado, entienden que la idea de Uruguay implica una interpretación forzada de la resolución 32/00, que no fue convalidada en su momento internamente por los países, porque el Mercosur prohíbe la autonomía.
Vale la pena aclarar que Lacalle Pou no dijo que Uruguay abandona el bloque, porque sabe que de ninguna manera adoptará esa decisión, aunque sí manifestó que desea una apertura comercial extraregional.
Es cierto que, si está decidido a tomar una posición drástica, puede hacerlo, ya que el Mercosur no se lo prohíbe, aunque en ese caso sería asumir un desafío de alto vuelo.
Por estas horas, claramente, el Mercosur exhibe una discusión entre los líderes políticos que implica un agotamiento del viejo modelo de un bloque que desde su creación no pudo alcanzar ni medianamente los objetivos planteados.
Argentina no acompañaría esta flexibilización porque está un paso atrás por la inestabilidad macroeconómica y por la inflación, aseguran quienes realizan una lectura entre líneas.
A diferencia de otros planteos anteriores, Uruguay juega más fuerte porque si tiene la necesidad de encontrar un aliado incondicional, sabe que lo encontrará en Brasil, el país más fuerte de bloque y una de las economías más importantes del mundo.
Allegados al gobierno de Jair Bolsonaro, admitieron que la posición oficial de Brasil no solo es favorable a la flexibilización, sino también a la reducción de arancel externo común, en consonancia con Uruguay.
La ruptura del bloque no sería ni deseable ni necesaria, porque el Mercosur es mucho más que la unión aduanera; está en juego toda la zona de libre comercio y los acuerdos en el plano social.
Si el bloque implosiona es por una posición de rigidez de un país y en ese caso, todos los analistas señalan al gobierno de la Argentina.

Autor: REDACCION

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