Editorial

Temor a infecciones


Temor a infecciones


La posibilidad de resultar afectado por infecciones hospitalarias durante una intervención quirúrgica, o incluso al ser sometido a una internación para algún tratamiento, es uno de los grandes temores de los potenciales pacientes. En tal sentido, un informe oficial divulgado recientemente le otorga toda la razón a las sospechas de la gente, que resultan más que justificadas, ya que la Argentina tiene una tasa de afectación muy por encima de otros países, especialmente los desarrollados.

De tal manera lo advirtió el Programa de Vigilancia de Infecciones del Ministerio de Salud de la Nación, donde se menciona que las infecciones más frecuentes son provocadas por las neumonías asociadas al uso de un respirador, con 18 casos por cada mil días de respirador durante el año 2010. En ese mismo sentido, un informe similar correspondiente a los años 2005-07 daba cuenta que los casos era 15 por mil días de uso del respirador. Pero aún más grave, es que uno de cada dos pacientes internados por neumonía en un hospital, finalmente muere.

¿Qué sucede en otros lugares del mundo? Pues en Estados Unidos la relación es de 2,9 casos por mil días, con lo cual tenemos que la tasa argentina es 6,2 veces más alta que la estadounidense, lo cual expone claramente cuál es la situación aquí. De ese modo y con esas estadísticas, lo informa la periodista Valeria Román en un diario de Buenos Aires.

Otros de los trastornos que se padecen en los hospitales son las infecciones sanguíneas, debido al uso de catéteres contaminados, donde se llega a 12 casos sobre mil días de uso, con un promedio 8,5 superior a Estados Unidos,  como así también las infecciones urinarias, en este caso debido al uso de sondas, con 6 casos por mil días de uso, siendo el doble que en el país de referencia.

¿Por qué son tan altas las tasas de infecciones hospitalarias en nuestro país? Los factores son múltiples, pero se señala la ausencia -tanto en centros de salud públicos como privados- de comités internos de prevención, una de cuyas acciones más sencillas pero fundamentales, es el lavado de manos, como así también una mayor disponibilidad de herramientas efectivas contra los gérmenes.

Muertes evitables

Por segunda vez -la primera había sido en 2001 por el sida- las Naciones Unidas acaba de organizar en forma paralela a su asamblea anual una cumbre de líderes mundiales en materia de salud pública, por calificar como epidemia global por las enfermedades no transmisibles, las que están causando unos 36 millones de muertes por año.

Estas afecciones prevenibles, son causantes de dos de cada tres muertes en todo el mundo, y por lo tanto es ahí donde se apunta para tratar de encontrar una solución globalizada, por lo cual se ha advertido a todos los países de tal objetivo, encarando una lucha en conjunto, con recomendaciones y políticas que permitan consensos con la industria local. Se destaca que "las enfermedades infecto-contagiosas no tienen fronteras y las prevenibles tampoco, ya que la globalización afecta a todos por igual porque se va transmitiendo la cultura de una alimentación no saludable, consumo de alcohol e inactividad física", lo cual está incluído en el Mapa de las Enfermedades No Transmisibles, difundido por la Organización Mundial de la Salud.

A nivel mundial, aunque con muy similares índices a los que registra la Argentina, los problemas cardiovasculares son causantes del 48 por ciento de la muerte de los 36 millones de personas, en tanque que el cáncer explica el 21 por ciento, las enfermedades respiratorias el 12 y la diabetes es responsable por el 3 por ciento.

El informe da cuenta también que 9 millones de decesos se producen por causas de "muerte súbita" en personas menores de 60 años, ocurriendo el 90 por ciento de las mismas en países de ingresos bajos y medios. Con ello tenemos la pauta bien clara, refrendada también por otros datos, que las enfermedades encuentran mayor nivel de desarrollo en los países de menores recursos y posibilidades para la atención de la salud, en los cuales de modo especial la prevención está muy poco difundida.

Digamos finalmente, que el tabaquismo es otro de los grandes objetivos en esta lucha por una mejor salud de la población, aunque por su complejidad, sea tal vez tema exclusivo de una próxima nota editorial.

Autor: Redacción

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