Automotores

Tanque: gato por liebre

Todavía recuerdo cuando a la hora de cargar combustible en los surtidores había tres opciones: común, súper o gasoil. Además, eran tiempos en los que los gasoleros se caracterizaban por ser lentos, ruidosos y vibradores, memoró Jorge Pandini en La Nación.. Y agregó que cada vez que se escuchaba el repiqueteo característico muchos se burlaban bautizándolo como el "ruido de los pobres" ya que por aquel entonces el litro de gasoil era muchísimo más barato que el de nafta. Los tiempos cambiaron, los autos evolucionaron y los combustibles no se quedaron atrás.

Ahora las opciones son más. Hay nafta súper (95 octanos), nafta premium (98 octanos), gasoil común y diésel Euro. A estas alturas, el usuario común se preguntará cuál cargar, especialmente cuando a la hora de llenar el tanque los números del surtidor que indican el precio trepan a una velocidad alarmante, mientras que el indicador de los litros va mucho más lento.

Lo primero que recomiendo es leer el manual del usuario de cada automóvil. Allí siempre se expresa con claridad cuál es el requerimiento del motor. En el caso en que se indique que la nafta tiene que ser de 95 octanos casi no tiene sentido llenar con la de 98.

Con el gasoil el tema es bien distinto. La diferencia esencial es la cantidad de azufre medida en partes por millón (ppm) que contiene, ya que mientras que el gasoil común tiene más de 500 ppm, el premium tiene apenas 50 ppm. Acá hay que ser claros: todos los motores diésel modernos necesitan cargar premium. No hacerlo tendrá con el tiempo graves consecuencias para el motor y la reparación es carísima.

Pero hay otro tema para tener en cuenta: en nuestro país no basta con saber qué cargar; también hay que saber dónde cargar. Esa diferencia también es clave para la vida útil del vehículo. Llenar el tanque en estaciones de servicio poco confiables se paga con horribles pistoneos y fallas del motor.

Por eso es mejor asegurarse de repostar en estaciones de primera línea ya que es el único modo de garantizar la calidad del combustible. Que no nos metan gato por liebre.

Autor: REDACCION

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