Editorial

Tabaquismo

Desde siempre existió la creencia que el Gobierno no ataca como es debido al tabaco porque le posibilita recaudar de manera importante con los fuertes impuestos que le aplica, sin embargo es todo lo contrario, pues por las consecuencias del tabaquismo, es decir las enfermedades que tienen los fumadores, el Estado termina perdiendo dinero. Veamos: por concepto de toda clase de impuestos sobre cigarrillos y otros elementos derivados del tabaco, se recaudan anualmente 10.000 millones de pesos, en tanto que el sistema público y privado necesitará este año de 24.000 millones para atender la salud de los fumadores y también quienes no lo son pero están expuestos al humo de tabaco.

Esta es una de las razones por las cuales está prevaleciendo la teoría de continuar aumentando el precio de los productos derivados del tabaco, en especial los cigarrillos que son los masivamente consumidos, estimando por ejemplo la Organización Mundial de la Salud que con un aumento del 50% en el precio el consumo se reduciría un 15%, y que en el caso concreto de la Argentina, las muertes provocadas por enfermedades causadas por el tabaco descenderían en 3.200, en tanto que el sistema de salud se evitaría de gastar unos 7.000 millones de pesos al año.

Los enormes gastos que origina el tabaquismo derivan de la realización de diagnósticos, las internaciones, los tratamientos y el seguimiento de los pacientes con enfermedades crónicas, como ser cánceres, infartos, accidentes cerebro vasculares o enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, además de infecciones respiratorias que incluyen neumonía y gripe.

Justamente, la OMS convocó con motivo del Día Mundial contra el Tabaco celebrado el pasado 31 de mayo, para que los países aumenten los impuestos como forma de reducir el consumo, con lo cual se incrementa la recaudación pero por sobre todo se logra reducir la cantidad de enfermos. Según los datos aportados, con la suba del 50% de los impuestos se generaría unos 1.400 millones de dólares adicionales en 22 países con ingresos bajos, razón por la que si esos fondos se destinaran íntegramente a la salud, se conseguiría mejorar la atención de manera significativa, estimada en al menos la mitad de lo que se dispone ahora.

En lo que hace a nuestro país, de acuerdo con un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón el poder de compra de cigarrillos se duplicó en la última década, ya que  a mediados de 2005 adquirir 100 paquetes de cigarrillos insumía el 42% del sueldo promedio, en tanto que en 2013 sólo era necesario el 22% del salario promedio para comprar igual cantidad de atados. Es así entonces que en el primero de los casos se podían comprar 236 paquetes y luego 442, de donde surge entonces que con una suba de impuestos se reducirá la posibilidad de compra y consecuentemente de consumo, teniendo una medida de esa naturaleza mayor impacto en los niños y adolescentes ya que sus recursos son menores, teniendo por lo tanto la medida un efecto dos veces positivo ya que se lograr retardar el inicio de los futuros fumadores.

Respecto a lo anterior, digamos que el 80% de los fumadores se inicia antes de los 18 años y se convierten en consumidores diarios en la adolescencia, estando comprobado que los consumidores de tabaco en algunas de sus formas que suman el 22% de los habitantes, viven un promedio de 10 años menos de vida que las personas no fumadoras.

Una de las novedades más importantes de los últimos tiempos surgida en el complejo mundo del tabaco fue la aparición del cigarrillo electrónico, que sólo en el año 2013 produjo ventas por 3.000 millones de dólares, lo cual constituye una prueba fehaciente que son mayoría los fumadores que tienen la intención de dejar el hábito. Estos elementos producto de la tecnología, emplean cartuchos a pila para producir un valor inhalable con nicotina, que según se asegura calma la ansiedad de los fumadores sin tener que recurrir a la aspiración del humo del tabaco, que es el realmente dañino para la salud.

Según afirman especialistas, el cigarrillo electrónico podría considerarse una de las innovaciones más importantes del siglo XXI en materia de salud, pues podría llegar a salvar millones de vidas.

Autor: REDACCION

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