Editorial

Supervivencia de las Pymes

La inflación, los tarifazos, el costo del financiamiento, la caída del consumo son algunos de los problemas que deben enfrentar las pequeñas y medianas empresas en estos días donde la consigna es sobrevivir a la crisis y quedar en pie para cuando pase la tormenta. El rubro de la economía en el que se desenvuelven, pues hay algunos que están más complicados que otros, es un factor que juega fuerte en el destino de las pymes que ven subir sus niveles de endeudamiento porque deben pedir plata al banco para mantener sus estructuras y así compensar la marcada baja de sus ingresos que ya no alcanzan para cubrir los gastos. Pero también sufren porque una parte de sus clientes ya no le pueden pagar en tiempo y forma, lo que resiente una cadena de pagos cada vez más tensa. 

Es difícil entender la Argentina de estos días. Mientras la presión sobre el dólar es sostenida, y los economistas afirman que la inflación se explica en cierta medida porque hay mucho dinero circulando entre los argentinos, la otra foto es de miles de familias a las que no les alcanza el dinero para comprar alimentos. Ni hablar de ropa. Como una especie de premio consuelo, el ministro de Economía Nicolás Dujovne se sincero en una entrevista en el canal de televisión América cuando dijo estar al tanto de que "a mucha gente le cuesta llegar a fin de mes, que está sufriendo, que la está pasando mal y que le gustaría que vayamos más rápido en solucionar los problemas que datan de 70 años".

Con sectores de la economía en crisis las empresas se plantan y aseguran que no pueden mejorar los sueldos, pero al mismo tiempo los trabajadores destinan cada vez más dinero para pagar tarifas y menos para el supermercado. 

La coyuntura entonces acorrala contra la pared a las Pymes, que si se caen dejan personas sin trabajo, generando un círculo para nada virtuoso. El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Gerardo Díaz Beltrán, advirtió sobre la necesidad de transferir el capital financiero al productivo al señalar que los pasivos financieros de las pymes ascienden a los 490 mil millones de pesos en créditos, con tasas que promedian entre el 50 y 60% anual.

En este contexto hay datos que sorprenden. El dirigente remarcó que más de 150 mil millones de pesos serán pagados en concepto de intereses (sin contar el CFT), que serán utilizados en el canal especulativo. Además, reclamó medidas audaces para estos momentos difíciles, entre ellas la implementación de tasas diferenciales para las pymes y la baja de impuestos.

Días pasados, más de 200 dirigentes de federaciones y cámaras empresarias de las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Entre Ríos y Santa Fe se reunieron en la capital correntina para abordar las problemáticas que afectan  a las pymes como la fuerte presión fiscal, tasas y acceso al crédito, competitividad, rentabilidad, tarifas y venta ilegal.

Además, analizaron la situación que atraviesan los sectores de Comercio y Servicios, Industria, Economías Regionales y Turismo, como base para gestionar propuestas ante diferentes organismos y como mapa de actualidad regional con miras a la futura Ley Pyme.

CAME planteó que el sector depende del financiamiento y resulta que las pymes estamos financiando al Estado, como por ejemplo con el anticipo del impuesto a las ganancias. Ante este panorama, volvió a quejarse porque la presión fiscal es insostenible en especial el impuesto de Ingresos Brutos al que calificó como sumamente distorsivo.

Mientras el Gobierno nacional busca, al menos así lo destaca cada vez que puede, acertar con las medidas para bajar la inflación, por otro lado ratifica la política energética con subas de tarifas, una medida que va a contramano de sus objetivos. Ahora confirmaron la realización en octubre de las audiencias para abordar los precios del gas natural, en las que las empresas prestadoras pedirían aumentos del 25 por ciento. 

Sin que aún hayan sido difundidos. el Gobierno tiene en su poder informes que revelan crecientes problemas en el mercado laboral. Por eso, aceleró el envío de invitaciones a los principales referentes del ámbito empresario y sindical con el objetivo de sellar un "Acuerdo Marco Nacional para el cuidado del empleo, la productividad y el salario", tendiente a paliar los efectos de la recesión que atraviesa el país. Al día siguiente de confirmar esta decisión, una fábrica de motos suspendió a más de 400 de sus trabajadores por dos semanas ante la caída de las ventas que se traduce en un sobrestock de unidades. No son buenas señales. 






 

Autor: REDACCION

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