Editorial

Superávit en baja

Al compás de casi todos los indicadores de la actividad económica de los últimos meses, el superávit comercial también se encuentra en retroceso, así habiendo ocurrido en mayo con una caída de 11,3%, lo cual se registró a pesar del freno impuesto a las importaciones. De todos modos, igualmente se alcanzó un superávit de 1.517 millones de dólares, recordándose que en el mismo mes de 2011 la diferencia había sido de 1.710 millones de esa misma divisa. Hubo entonces una merma de 193 millones, que tal vez no resulte demasiado significativa dentro del contexto de las finanzas globales, pero que medida a un año de distancia, el retroceso adquiere una mayor trascendencia.

Pero además, siendo un punto importante de analizar, si bien la menor importación fue de 5% no alcanzó para cubrir el 7% de descenso que hubo en las exportaciones. Es decir, estamos vendiendo menos que hace un año, con lo cual por primera vez en los cinco meses de 2012 se redujo el superávit comercial, lo cual adquiere una mayor significación dentro del contexto de la necesidad de divisas que tiene el gobierno para afrontar compromisos de deuda, como así también afrontar el pago de la compra de energía -que este año estará por sobre los 12.000 millones de dólares-, lo cual ha llevado a poner un cepo en el mercado de cambios, que también aporta para generar un clima desfavorable en la sociedad.

De esta manera, el balance de mayo es una clara muestra del fracaso del plan impuesto por Guillermo Moreno para hacerse de dólares para facilitar los cumplimientos ya apuntados, ya que aún habiendo dado cierto resultado positivo la restricción a importaciones, evidentemente no tuvo en cuenta la caída de nuestras exportaciones. Es que el mundo globalizado de hoy está regido por normas comerciales que son difíciles de eludir sin afrontar consecuencias, siendo impensado por ejemplo que desde aquí se corten las compras y esos mismos países sigan comprándonos, salvo claro está, aquellos rubros y productos que son realmente indispensables. Y además, si a eso sumamos las consecuencias de la sequía que redujeron la cosecha, entonces se termina por describir un panorama realmente complicado.

La primera advertencia realmente fuerte se tuvo en el mes de abril, cuando las ventas argentinas al exterior cayeron 6 puntos, habiendo sido ahora en mayo de 7, con lo cual la tendencia que no ocurría desde hacía 30 meses, va confirmándose y complicando las perspectivas futuras, al menos en lo que resta del año.

Sobre el tema, una de las consultoras que se ocupó de analizar la situación, sostuvo "en mayo, fue muy importante el impacto negativo que tuvo sobre la dinámica de las exportaciones agropecuarias y de sus derivados industriales las idas y vueltas respecto de la modificación de los plazos mínimos para liquidar las divisas y las expectativas crecientes de devaluación convalidadas por el endurecimiento del control de cambios", cuya consecuencia fue que "buena parte de los productores y exportadores retrasaran sus operaciones, ya sea porque no era posible obtener el financiamiento necesario para prefinanciar la operación, o simplemente, por el deseo de cubrirse ante la posible variación del tipo de cambio".

Esta baja de las exportaciones, si bien fue generalizada, afectó algunos rubros más que otros, por razones de volúmenes habituales. Por ejemplo los productos industriales -de modo especial el sector automotor- registró una caída de  14% que significa 294 millones de dólares menos, en tanto que las manufacturas agropecuarias experimentaron un retroceso de 4%que en dinero significa 47 millones de dólares, mientras que los bienes primarios tuvieron una baja conjunta de 3% pero agravado por la retracción de precios de un 8%, ascendiendo la merma a 244 millones.

En cuanto a las restricciones impuestas a las importaciones, globalmente fueron de 11%, pero tomando rubro por rubro, la mayor caída fue del 35% de bienes de capital y 8% en repuestos de maquinarias y equipos. Ahí tenemos entonces el resultado de la merma que vienen teniendo las inversiones a lo largo de los cinco primeros meses del año, habiendo acumulado 24 puntos. En cambio, lo que sigue creciendo es la compra de energía, ya que en combustibles y lubricantes se importó por 1.323 millones en mayo, nada menos que 371 millones más que un año atrás. De tal manera en este ciclo de enero a mayo se llevan gastado 3.530 millones de dólares en la compra de energía.

Autor: Redacción

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