Suplemento Economía

Sugieren monitorear las expectativas de inflación

En medio del litigio con los Holdouts, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Comercio, Augusto Costa lanzaron la tercera etapa del plan “Precios Cuidados”, que regirá desde esta semana y contemplará alzas y bajas por estacionalidad en carne, frutas y verduras; además reforzará la oferta de los productos más demandados.

Inicialmente, el programa de “Precios Cuidados”, que comanda la Secretaría de Comercio, nació como un método para establecer valores de referencia para un conjunto de productos para así contener los niveles de inflación. Dentro de este programa se establecen revisiones trimestrales en las cuales puede haber aumentos de precios, siempre y cuando los mismos se encuentren justificados en aumentos de costos de producción. Obviamente, dicho incremento de costos debe ser verificado por el Ministerio de Economía que sólo en ese caso aprobará el incremento de precios.

Los “Precios Cuidados” no es un plan anti inflacionario, porque sólo fija precios para un conjunto de 300 bienes de manera de establecer vectores de precios relativos dentro del sector alimenticio. Los “Precios Cuidados” intentan contener la inflación en alimentos y por ende, la variación de precios mensual (contra el período inmediatamente anterior) principalmente por un aspecto metodológico pero no económico, ya que el INDEC en su cálculo del índice de inflación considera mayormente a los precios cuidados y no otros.

Todo plan anti inflacionario debe tener como foco atacar las expectativas de inflación, y sólo será exitoso si logra reducirlas. Es decir, para tener éxito en bajar la inflación, lo primero que tiene que hacer el gobierno es convencer a la gente que va a bajar la inflación. Y los “Precios Cuidados” no impactan sobre las expectativas de inflación, por ende no son un instrumento sólido de un plan anti inflacionario.

Lo anterior se entiende cuando se visualiza que las expectativas de inflación son la principal causa del aumento de los precios y la aceleración inflacionaria y que no dependen de un conjunto acotado de alimentos y sus precios.

En la actualidad las expectativas de inflación, que son la variable más relevante a la hora de explicar el aumento de precios, son racionales y tienen en cuenta el frente fiscal, monetario y cambiario. Con mayor gasto, déficit y más alta emisión monetaria, el público aumenta sus expectativas y la inflación se acelera. Luego, para bajar la inflación el gobierno debe reducir las expectativas de inflación, y para lograrlo tiene que moderar la política fiscal expansiva y la emisión monetaria.

En pocas palabras, en el mediano y largo plazo las expectativas de inflación y el ritmo de inflación bajarán si y sólo se reduce la tasa de crecimiento del gasto público y el ritmo de expansión de la emisión monetaria del BCRA; dos cosas que están lejos de suceder al menos por ahora. 

Autor: REDACCION

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