Editorial

Subsidios voraces

El sistema de subsidios, al que se trató de poner fin a fines del año anterior pero prestamente se dio marcha atrás con la medida por las fuertes reacciones provocadas en los beneficiarios, continúa incrementándose como bola de nieve. Según publicación reciente en el Boletín Oficial, la masa dineraria de los subsidios acaba de incrementarse nuevamente, destinándose otros 11.337 millones de pesos, de los cuales sólo 521 millones se financian con ingresos propios, mientras que los restantes 10.856 millones pasan directamente a engrosar el déficit fiscal.

Todo ese dinero va para pagar los subsidios al gas, al transporte ferroviario y automotor, al agua y servicios sanitario de AYSA, Aerolíneas Argentinas, el fútbol para todos y la publicidad del gobierno.

De tal manera, aun cuando se reitera en forma sostenida que se está avanzando fuertemente en el desendeudamiento público, en la práctica no ocurre de ese modo, ya que el déficit que se genera, cada vez mayor, como en este caso  -por un monto de 6.400 millones- es cubierto con la emisión de títulos públicos en moneda extranjera, los que luego son absorbidos por otros organismos públicos como el Banco Central o la ANSeS, o bien directamente con fondos provenientes del Tesoro, o de algunos otros organismos estatales.

Los mayores volúmenes de dinero se los llevan los subsidios destinados a la energía, destinados a ENARSA que en este caso puntual es receptora de 4.250 millones de pesos, quien es la encargada de cubrir la diferencia entre el precio de importación del gas y el de venta en el mercado interno, que es bastante menor. Como la producción propia ha ido en permanente declinación debido a la falta de inversión, es cada vez mayor la necesidad de importación, además de un producto que está en sostenido proceso de encarecimiento. Pero como para el consumo interno se quiere evitar el impacto por razones políticas -subsidiándose tanto a pobres como a quienes pueden pagar precios más elevados-, el volumen es cada vez mayor, el cual fue uno de los factores que originó el cepo impuesto al dólar.

El transporte se lleva 3.150 millones, destinados al subsidio del transporte automotor -para que no aumenten exageradamente las tarifas- para Aerolíneas, los ferrocarriles y el operador ferroviario. Una parte de esos recursos son destinados para asumir los compromisos en el marco de acuerdos con China para la compra de material ferroviario rodante. El caso de la empresa aérea estatal -aunque en realidad todavía no está muy claro si en el aspecto jurídico es así o sigue figurando como operada desde el  sector privado- merece un párrafo aparte, pues en lo que va de 2012 ya recibió en concepto de subsidios 3.531 millones de pesos, superior a los 3.455 millones que tuvo en todo 2011, habiendo tenido en esta ampliación un agregado de 412 millones, destinados según Boletín Oficial a sostener el funcionamiento de las empresas Aerolíneas y Austral.

Debe tenerse en cuenta además, que los subsidios son un complemento de los gastos de las dos empresas aéreas, que suma un 40% del dinero que ingresa, ya que la principal fuente de recursos es la venta de pasajes. De tal modo a las dos aéreas ingresan fondos propios por unos 1.400 millones de dólares al año, pero de todos modos no alcanza y deben recibir subsidios para poder funcionar.

Volvamos a los demás subsidios, restando consignar otras empresas y sociedades públicas que recibieron 585 millones, de los cuales 400 fueron para la empresa acuífera AYSA, 90 para el Instituto Nacional de Cine, 50 millones para AR-SAT, 45 millones para la agencia oficial Telam, mientras que Fútbol para Todos obtuvo un adicional de 279 millones, una tercera parte más de lo que tenía presupuestado. De tal manera, a lo largo de 2012 con el fútbol habrá un gasto de 1.182 millones, siempre y cuando de aquí a fin de año, en los dos meses que faltan, no aparezca alguna nueva necesidad que haya que cubrir. Debe recordarse que tres años atrás, fue la misma presidenta Cristina Fernández que al anunciar este acuerdo con la AFA, dijo que el fútbol iba a ser un buen negocio y que dejaría recursos para aprovechar en otras áreas, como el financiamiento del deporte amateur. Hasta hoy, ha sido pura pérdida, y además, subsidiando a quienes tienen recursos suficientes para pagar los abonos.

Con estas partidas adicionales, se van ajustando hacia arriba los gastos, con lo cual se estima que al llegarse a fines de diciembre, el déficit será del orden de los 55.000 millones de pesos.

Autor: Redacción

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web