El trabajo es uno de los factores clave de la economía, pues es el que impacta directamente sobre las personas, sea en la proporción de actividad laboral o bien en la falta de ella, con las consecuencias sabidas. Luego del fuerte cimbronazo de 2016 en el cual hubo fuerte pérdida de empleos, en 2017 se logró una cierta recuperación, aunque la misma fue en sectores como monotributistas, personal doméstico y en el sector público. Es decir, casi nada en el sector productivo, que es el que mayor efecto favorable genera.
Un paneo sobre todo el mercado laboral da cuenta que la Argentina tiene hoy una población activa de cerca los 20 millones de personas, mientras que los ocupados formales ascienden a 12,3 millones, completándose con 4,5 millones de trabajadores en negro, 1,5 millones de cuentapropistas también en negro y 1,5 millones de desocupados. Recién en noviembre de 2017 se pudo superar el nivel de igual mes de 2015.
Es así que los datos oficiales del propio Ministerio de Trabajo dan cuenta que en noviembre último los trabajadores en blanco era 12.335.700, unos 300.000 más que en igual mes de dos años atrás, de las cuales unos 200.000 correspondieron al monotributo, otras 63.000 al sector público y 32.000 al personal doméstico. Los empleos registrados privados apenas estuvieron en el orden de los 11.000, superando por primera vez la línea de hace dos años, aunque el sueldo promedio real y descontada la inflación, es un 1,5% por debajo del valor de 2015.
Aunque no tan llamativo por lo conocido, pero si con efectos realmente negativos dentro del amplio conjunto del mercado laboral, lo es el trabajo no registrado, ya que de acuerdo con cifras oficiales difundidas por el INDEC, 4 de cada 10 trabajadores se encuentran en esa condición. Los que lideran esa informalidad denominada en negro, son el personal doméstico, el trabajador de tareas rurales y de la construcción, que en conjunto tienen más trabajadores no registrados que los que si lo están. Analizado el tercer trimestre de 2017 da cuenta que en ese lapso fueron creados 199.000 empleos de asalariados del sector privado, de los cuales 94.000 fueron registrados como corresponde y 105.000 en negro, teniendo el primer segmento una suba de 0,9% y el segundo de 2,2%, con lo cual tenemos que el empleo en negro sigue creciendo en mayor proporción que el que está en blanco, lo cual da por sentado que de mantenerse estas condiciones, el trabajo irregular seguirá creciendo y en poco tiempo más es probable que supere la línea del registrado. Claro, siempre y cuando no se produzcan las condiciones necesarias para revertir este negativo proceso. Además, con el agregado que una muy buena parte de los empleados formales creados, pueden responder al resultado de la regularización de empleos informales, como así también a la tercerización de actividades, lo cual no significa entonces creación genuina de nuevos puestos de trabajo.
En cuanto a los asalariados privados registrados, con 6.277.200 por primera vez superaron el nivel de hace dos años, cuando sumaban 6.266.800. Dentro de estas perspectivas hubo dos etapas muy claramente diferenciadas, pues en 2016 hubo una pérdida de 66.700 empleos, mientras que durante 2017 se crearon 77.200, siendo la construcción el sector que encabeza las posiciones en materia de nuevos empleos con 12.000 más en noviembre que en 2015, mientras que los que más cayeron en ese lapso fueron industria con 68.000 puestos menos y minería con una baja de 8.000 empleos. La compensación, además de la construcción, vino por parte del comercio con 23.000 y el aporte de varios miles de algunas ramas de los servicios.
Según Ecolatina, a pesar del rebote de 2017 el sector manufacturero siguió perdiendo puestos de trabajo formales durante el año pasado, ya que en el acumulado de enero a noviembre cayeron en 16.000 los empleos del sector industrial, siendo causantes dos efectos diferentes, por un lado que la recuperación la están liderando las ramas menos intensivas, en tanto las más castigadas son las que mayor cantidad de mano de obra por producto demandan. Por otro lado, los bloques que se están recuperando con más fuerza son los que contaban con mano de obra ociosa y por lo tanto no hay incorporaciones adicionales a las ya existentes.