NICOSIA, 24 (AFP-NA). - Al menos trece personas murieron ayer por heridas de bala durante los funerales de las víctimas de la brutal represión contra los opositores al régimen sirio del viernes, que dejó más de 80 muertos, según testigos y activistas de los derechos humanos.

Cinco personas perdieron la vida en Deraa (100 km al sur de Damasco), a manos de "las fuerzas de seguridad que dispararon contra los habitantes que iban a Ezreh para asistir al funeral, así como delante del hospital de la ciudad", explicó un militante.

En Duma, (a 5 km al norte de la capital siria), otras cinco personas murieron por los disparos de francotiradores escondidos en edificios situados por donde pasaba el cortejo fúnebre que se dirigía a la mezquita del cementerio, dijeron un testigo y un activista pro Derechos Humanos contactados por teléfono por la AFP.

Según otros militantes, al menos tres personas fallecieron por los disparos de las fuerzas de seguridad en el barrio de Barzeh, en Damasco.

La oposición siria consiguió en todo el país una movilización inédita el viernes, que se convirtió en una de las más sangrientas desde el inicio de las protestas el 15 de marzo y que exigen la caída del régimen de Bashar al Asad.