Locales

Sirenas de esperanza

Productores Unidos de Rafaela suman su agradecimiento a Bomberos Voluntarios en su día, por el servicio brindado tanto a los sectores rurales como periurbanos: “Y la campana suena. Y los trajes se amoldan rápidamente. Y los cascos encastran conteniendo expectantes tensiones. Y las cubiertas de la autobomba comienzan a rodar con sus navegantes casi sin trepar. De la nada. En un suspiro. Sin respiro. Ellos hacen de su libertad una entrega. Voluntades arrojadas al viento como semillas de seguro germinar, en las tierras de la gran urbe, hasta sus límites y donde el aire a rocío se empieza a cerrar. Y más allá. Teniendo a la ayuda hacia el otro como último horizonte, corriendo detrás del tiempo y apagándolo antes de que él decida sorprenderlos, sorprendernos, resignarnos y olvidarnos”. “Encendiendo la vida cual parturientas. Salvando otras de entre escombros y hierros retorcidos. Peleando mano a mano con la Parca. Y venciendo. Y cediendo no sin antes darle su reto. Y abrazando para cobijar. Y trepando para rescatar. Y llorando para descargar. Y haciéndole una venia al destino para recibir de él una oportunidad más. Y apagando los fuegos del descuido, las malas intenciones y el despropósito de los “a propósito”. Y paradójicamente haciendo chispa en la memoria de todos, quienes sabemos que detrás de sus silencios rotos con quejidos de sirenas al viento siempre hay esperanza. Siempre”. “Bomberos Voluntarios de Rafaela. Orgullosamente nuestros. Este 2 de Junio quitamos nuestros sombreros ante su valerosa entrega. Les devolvemos con nuestras miradas acristaladas aquellas lágrimas que nos evitaron derramar por dolor y que hoy encuentran un destino repleto de merecimientos. Nuestros bomberos. Aquellos que quisimos ser de chicos. Estos que hicieron de su libertad una forma pura de asegurarnos la nuestra. Felices merecidos festejos en su día. Felices de tenerlos entre nosotros y de sabernos siempre contenidos por su denodada y magnífica obra. Bajo su guarda. Con sus sirenas que corren veloz, apagan tristezas y que siempre… siempre encienden esperanzas”.

Autor: REDACCION

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