En agosto de 2013 el ICASFe registró un incremento interanual del 3,9% superando los niveles de crecimiento estándar de largo plazo. Sin embargo la base de comparación sobre la cual se obtuvieron estos resultados corresponde a un período recesivo datado entre octubre de 2011 y septiembre de 2012. Es decir que parte de la recuperación del ritmo de crecimiento en términos relativos responde a la baja performance del año pasado, cuando la economía se contrajo un -0,5%.

A nivel sectorial el crecimiento de 2013 se sostiene en externalidades positivas derivadas de la campaña agrícola (fundamentalmente por la soja) y por la recuperación de la actividad industrial en general (producción de aceites en particular) y del sector de la construcción.

Ahora bien, aunque el grueso de los indicadores se encuentra recuperando terreno con respecto al período recesivo (2011/12) muchos aún continúan por debajo de los niveles de actividad registrados antes de iniciarse la última fase recesiva; con máximos históricos en torno a los años 2007 y 2008. En este sentido se observa un nuevo escenario con períodos de expansiones y contracciones cortas, de intensidad moderada, pero más frecuentes; cuyo saldo neto al crecimiento se muestra poco significativo.