Recientemente tuvo lugar en Moisés Ville, la vecina población del departamento San Cristóbal, un importante acto que hace a las raíces más profundas de la mayor parte de su comunidad, como fue la reinauguración de la emblemática sinagoga Brener, lo cual tuvo una relación muy directa con Rafaela, ya que la tarea ejecutada estuvo a cargo del arquitecto rafaelino Daniel Birchner, quien es máster en Preservación de Patrimonio Edilicio, concretando de tal manera una labor espléndida que contó con la financiación del gobierno nacional, cuando en 2011 destinó recursos con ese objetivo, renovando totalmente una sinagoga que tiene la declaratoria de Monumento Histórico Nacional.

Para tener una idea cabal del significado de este verdadero monumento, hay que remontarse a la historia, en los primeros años del siglo anterior. Es que la construcción de la sinagoga Brener estuvo entre los principales objetivos que se había fijado la Sociedad Unión Israelita, fundada en octubre de 1905, al punto de ser incluida en el Estatuto de la institución, dándose el primer paso en ese sentido un año después, cuando en octubre de 1906 el presidente Adolfo Kaufer, fue autorizado a contratar la construcción. Lo cual movilizó para que desde 1907 dieran comienzo diversas campañas pro edificación de la sinagoga, utilizándose diversas metodologías que permitieron una acumulación de fondos que dejaba abierto el comienzo de la construcción, siendo además aceptada la donación de un terreno por parte de Marcus Sterman, en tanto que en 1908 -cuatro años desde la fundación de la institución- se diera luz verde a Samuel Brener, vicepresidente de la Unión Israelita, para encargarse de la construcción, quien contrató al constructor David Schapschuk que tuvo la responsabilidad técnica y ejecutiva. Exactamente al año siguiente, en octubre de 1909, cuando habían transcurrido cinco años, la sinagoga fue inaugurada.

Ahora, después de 103 años, tras ser remozada y puesta en su mejor estado, la sinagoga Brener fue reinaugurada. Moisés Ville y la región vivieron una jornada de fiesta, participando el gobernador Antonio Bonfatti en el lugar, y también la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien lo hizo a través de una teleconferencia. Todos, tanto los mencionados como los demás participantes de este día histórico mostraron su satisfacción en poder recuperar un edificio que es patrimonio de todos los argentinos.

La ceremonia realizada en la tarde del jueves 6 de septiembre fue realmente emotiva, alcanzando instantes salientes cuando por ejemplo el rabino Daniel Dolinsky ubicó a la derecha de la puerta de ingreso una metzuzá, símbolo judío cuya finalidad es recordar a cada persona los valores humanos para que al salir sean mucho mejores que los que se tenían al ingresar. También tuvo igual trascendencia el ingreso al templo de La Torá - rollos de la ley- en manos de pequeños entonando cantos alusivos. Se escuchó luego el sonar del shofar -cuerno de carnero- siempre a cargo del rabino, con lo cual la sinagoga quedó en condiciones de volver a funcionar nuevamente como templo religioso.

La participación rafaelina en el desarrollo de este acto, además de la intervención del arquitecto Birchner mencionada al comienzo, considerando su fundamental labor de restauración, contó además con otra adhesión en el acto propiamente dicho, cuando la parte musical ofrecida durante el encuentro estuvo a cargo de la rafaelina Rosario Priviotti, quien es estudiante de la Escuela Municipal de Música "Remo Pignoni" de nuestra ciudad, ejecutando melodías del folclore judío. La conclusión de tan histórica jornada fue en instalaciones de la Escuela Hebrea, con una degustación de comidas tradicionales de la cocina judía.

De este modo, la primera colonia judía de la Argentina y luego de largo tiempo de trabajos realizados con esmero y alta profesionalidad, recuperó la sinagoga Brener, la cual fue declarada Monumento Nacional en el año 1999, siendo el edificio original más antiguo que se conserva en la localidad, ya que el mismo no sólo mantiene sus características sino también su equipamiento originales. Además de muchos otros aspectos, sustentados en hechos históricos, se destacan dos elementos que fueron recibidos en donación y distinguen al templo por poseerlos: un excepcional tabernáculo realizado y tallado en madera de algarrobo policromada, estilo renacentista italiano, obra del artesano Abraham Silberman; y la araña principal del templo, adquirida por Israel Weisburd -uno de los presidentes- en la subasta del mobiliario que había logrado rescatarse de uno de los incendios del teatro Colón de Buenos Aires.