Suplemento Economía

Sin movimiento en el muelle

El periodista José Bordón, corresponsal de La Nación, publicó la siguiente descripción de situación del Puerto de Santa Fe.
Mientras se aguardan definiciones para la reubicación de sus instalaciones, el puerto de la capital provincial -actualmente sobre un canal de derivación a sólo tres cuadras de la calle céntrica peatonal de esta ciudad- parece haberse adormecido. Santa Fe no consigue ser una base de cargas para otros destinos fuera y dentro del país.
Desde hace tres años, la firma Loginter SA está instalada en el puerto de Santa Fe como empresa operadora de contenedores y de carga general y actualmente ocupa sus servicios un solo cliente: Cicsa, propietaria de Cervecería Santa Fe.
Datos a los que tuvo acceso este medio revelan que cada 20 días sale desde la estación portuaria una exportación de cerveza por barcaza con destino al Paraguay. Por otra parte, se necesitarían más contenedores, que por ahora no están disponibles.
Voceros de Loginter consideran que las interpretaciones de normativas relativas al cabotaje sobre todo, efectuadas por la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, le impidieron al puerto de Santa Fe continuar atendiendo la demanda de importadores de Córdoba.
"En un momento llegamos a embarcar 90 contenedores por semana, pero luego vino la interpretación de la ley de cabotaje, que impidió tomar servicios extranjeros y se paró el movimiento", manifestó Claudio Cuevas, gerente de la empresa, en declaraciones a la prensa local.
El desmantelamiento de la marina mercante nacional provocó que hoy la Argentina cuente con una sola empresa de bandera para la navegación de la hidrovía. El resto de los armadores mudó pabellón al Paraguay.
Según explicó Cuevas, la ley de Navegación y Comercio de Cabotaje (de 1944), establece que la navegación, comunicación y comercio entre puertos de la Nación están reservados para buques que enarbolen la bandera nacional y que ello se extiende a los ríos y mares de jurisdicción argentina.
En consecuencia, los buques de bandera extranjera que toquen más de un puerto anterior al de Santa Fe, sin efectuar transacciones ni cargar productos nacionales, no pueden amarrar en el puerto de esta capital.
Además, en materia de tripulación, las exigencias de Paraguay son bastante más laxas que las de la Argentina, con lo cual la mayoría de las líneas fluviales ha cambiado de bandera; en tanto, los mayores costos laborales locales se tradujeron en fletes más altos.
Los desequilibrios competitivos entre la Argentina y Paraguay motivan las quedas de armadores nacionales, la industria naval y los mismos sindicatos. Y motivaron un bloqueo al comercio fluvial del Paraguay por parte del SOMU (obreros marítimos) en señal de protesta.
Cuevas recordó que en el país quedó una sola línea fluvial de bandera nacional que recorre la hidrovía: Maruba, que contrata embarcaciones de Conay y Care, por lo que hay dificultades para encontrar lugar en bodegas.

Autor: Redacción

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