Editorial

Siempre inseguridad

Este Diario publicó la semana anterior una amplia y detallada nota periodística respecto a la falta de seguridad en la ciudad -un flagelo común en toda la Argentina, con altibajos según sea la densidad de cada lugar-, captando de tal manera el sentir generalizado de los rafaelinos, quienes se ven permanentemente acosados por la delincuencia en todas sus expresiones, desde los simples robos de rateros y oportunistas que se aprovechan de la falta de prevención de las víctimas, hasta los siempre peligrosos arrebatos a cargo de motochorros e incluso ciclistas, hasta la seguidilla de robos mayores y asaltos en los cuales son utilizadas armas que ponen en peligro la vida de quienes resultan sometidos por esta clase de hechos.

La inseguridad sigue al tope de los reclamos de la ciudadanía de todo el país, y también aquí en Rafaela, siempre por sobre otras preocupaciones también permanentes como la inestabilidad del empleo, el constante aumento de los precios, la corrupción, la falta de viviendas, la deficiente atención de la salud, o la cada vez más maltrecha educación, caída esta última en el más profundo de los abismos, tal lo demostrado por los resultados de las evaluaciones del programa "Aprender" realizado el año pasado.

Sin embargo, aún haciendo años que existe este sostenido avance de la criminalidad y reiterándose los reclamos y solicitudes de parte de la gente, no se han ofrecido las respuestas adecuadas, navegándose en un mar de promesas, y también, debe admitirse, de cuando en cuando algunos aportes como para ir acallando las voces reclamantes, lo que de ninguna manera se consigue, aunque a veces se atenúa. Con sólo un superficial repaso de situación, en cualquiera de los ámbitos que se seleccione, las opiniones sobre la falta de seguridad son coincidentes, y aún siendo expresadas y marcadas de diferentes formas, absolutamente coincidentes en su esencia. Es que la delincuencia no hace selecciones de sectores ni de ninguna otra clase, castiga por igual a todos, tanto a ricos como pobres, en el centro o en los barrios.

Algo realmente terminante en cuanto a la escasa atención que se le ha dado a la seguridad en los últimos años, aunque bien podría extenderse a las últimas décadas, es que en el caso de Rafaela y la jurisdicción que tiene la Unidad Regional V, contaba con parecida cantidad de personal ahora como en la década del '80, cuando para tomar un paralelo puede decirse que en aquellos años la ciudad tenía unos 60.000 habitantes y en la actualidad sobrepasa los 100.000, pero los uniformados siguen siendo los mismos. Eso al menos estaba totalmente comprobado hasta tiempo atrás, cuando fue jefe Daniel Alcaráz, quien ante las autoridades de la ciudad confirmó que en el departamento Castellanos había 650 policías y 250 en Rafaela, "más a lo menos lo mismo que ahora".

Desde hace meses se viene reclamando la incorporación de al menos 60 nuevos policías en la Unidad V, como para poder cubrir las mínimas necesidades, pero no se logra tener la respuesta adecuada, pues si bien de vez en cuando llegan algunos nuevos agentes, simplemente alcanzan para cubrir las bajas que se van produciendo en esas filas, no para incrementar la cantidad total de disponibilidad.

Para empeorar todavía más la situación, es por demás conocido cómo se ha ido acrecentando el nivel de la delincuencia, no sólo en cantidad de episodios sino en la violencia de los mismos, debido a la participación de la droga, que es lo que puede llegar a derivar en hechos con consecuencias de víctimas fatales, pues cuando hay armas de por medio, a veces con novatos empuñándolas y también afectados por las drogas, el desenlace fatal, querido o por accidente, está muy cercano. Y no es necesario profundizar demasiado en detalles ni dichos para exponer la situación existente por el consumo de drogas en la ciudad, que fue creciendo desmesuradamente en los últimos años, al igual como en casi todo el país, lo que debe señalarse, pues de ninguna manera Rafaela es excepción en todas estas cuestiones.

Lo cierto es que la ciudad y los rafaelinos esperan respuestas más contundentes, y por sobre todo efectivas, para enfrentar esta creciente criminalidad en nuestras calles, donde hace ya rato se ha dejado de poder circular con tranquilidad.

Autor: Redacción

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