Por Nicolás Tereschuk.- Es conocida la frase atribuida a Mao que indica que si todos los chinos saltaran al mismo tiempo el mundo temblaría: esta semana resonó la misma idea cuando se conocieron datos negativos de la economía asiática y los impactos no tardaron en expandirse. La bolsa de Estados Unidos cayó una vez más este viernes, con lo que el índice Dow Jones y el S&P se prevé que lleguen a fin de año mostrando el peor trimestre en siete años.
Desde ya que las malas noticias chinas se expandieron por todos los papeles que se compran y se venden en Asia.
Puntualmente, el gobierno chino dio a conocer datos sorprendentemente débiles en las ventas minoristas y la producción industrial.
Se suman los economistas que evalúan que la situación es la peor desde la crisis financiera que estalló hace una década en Estados Unidos.
La situación pone bajo presión al gobierno de Xi Jinping, en un contexto de asedio por parte de la Casa Blanca.
El diario The New York Times, uno de los más agrios rivales de Donald Trump destacó que durante las dos últimas décadas el crecimiento "a tasas chinas" de la economía asiática le permitió "generalmente negociar desde una posición de fuerza" en los distintos tableros internacionales.
"Pero Xi no puede darse más ese lujo. Solidificó más el control sobre la vida social y política china y sobre la economía. Este año removió los límites a su mandato, dejando abierta la posibilidad de ser presidente de por vida si así lo elige.
Mientras la guerra comercial con los Estados Unidos le provee de un útil chivo expiatorio, la culpa pública por una prolongada desaceleración económica, podría en último término volvérsele en contra. Y el gobierno ya ordenó que las malas noticias económicas sean censuradas", subrayó el matutino.
Los impactos de esta situación son generalizados y se vio este viernes en los precios del petróleo, que cayeron con fuerza este viernes, lo que podría arrastrar al resto de las materias primas. En ese contexto, se registraron novedades en la guerra subterránea que se da no sólo a nivel comercial entre Estados Unidos y China.
Así, Estados Unidos y Canadá prometieron "respetar el estado de derecho" y que se dé un proceso judicial "apolítico" en el caso Huawei, que originó una crisis diplomática con China, mientras Donald Trump evalúa "intervenir" en esta disputa judicial para favorecer las negociaciones comerciales con Pekín. Así lo dieron a conocer en una conferencia de prensa conjunta la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, y su su par estadounidense, Mike Pompeo.
China continúa protestando de manera vehemente el arresto en Canadá, el 1 de diciembre, a pedido de Washington, de Meng Wanzhou, directora financiera del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, aunque la ejecutiva fue liberada bajo fianza el martes por la justicia canadiense, en espera de un proceso de extradición hacia Estados Unidos que podría tardar varios meses.
Los gestos en el marco de lo que se parece demasiado a la "guerra fría" continuaron: el gobierno chino dio a conocer que detuvo a dos canadienses. Y mientras China anunció el viernes que suspenderá el 1 de enero por tres meses los aranceles adicionales a los vehículos y a las piezas de autos importados desde Estados Unidos, Trump aseguró que el país asiático quiere llegar a un "gran acuerdo" con Washington.
En ese marco, las malas nuevas se expandieron en las últimas horas en los países desarrollados: se conoció que el producto del sector privado se contrajo en Francia por primera vez en dos años y medio este mes, arrojando el peor dato desde 2011. En ese caso, pesan los factores locales, a partir de las protestas masivas contra una suba del combustible que hirió políticamente a Emmanuel Macron.