Editorial

¿Será la semilla del cambio?

Las recientes movilizaciones masivas en todo el planeta en reclamo de acciones para detener el cambio climático, impulsadas por las nuevas generaciones realizadas en paralelo a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), parecen tener una tónica efervescente, es decir las burbujas ya quedaron atrás y todo ha vuelto a una cierta normalidad. El interrogante es si los que ostentan el poder de la gobernanza mundial y de cada país asimilarán los planteos y pondrán manos a la obra o bien la mini revolución juvenil quedará como una Primavera revoltosa pero sin efectos prácticos. ¿Será la semilla del cambio o la planta ni siquiera brotará?  

Según las últimas cifras publicadas por la ONU, para tener alguna posibilidad de frenar el calentamiento del planeta en un grado y medio centígrado (+1,5°C) por encima de la temperatura del siglo XIX, el mundo tendría que tener cero emisiones de carbono en 2050.

Cientos de miles de estudiantes de todo el mundo faltaron a la escuela el viernes 20 de septiembre para participar en una protesta mundial por el clima que se anuncia como la mayor de la historia, para pedir a los gobernantes acciones concretas e inmediatas contra el calentamiento global. Los estudiantes de grandes ciudades, de Sídney a Manila, de Seúl a Bruselas, en San Francisco o Los Angeles respondieron masivamente a la convocatoria lanzada por la joven activista sueca Greta Thunberg, de 16 años, que participó en una gigantesca protesta en Nueva York. Las manifestaciones comenzaron en Asia y la región del Pacífico, siguieron en África y Europa -con multitudes en París, Londres y Berlín- y siguieron en Estados Unidos.

Thunberg está encantada de que su movimiento "Viernes por el futuro", que lanzó sola el año pasado con una pancarta frente al parlamento sueco para exigir acciones de los gobernantes frente al calentamiento del planeta, haya convocado a "millones". Los organizadores dijeron que se planificaron protestas en 5.000 localidades de 137 países. Solo en Australia participaron más de 300.000 personas.

Las movilizaciones fueron el puntapié de una semana de eventos destinados a luchar contra el calentamiento global en Nueva York, donde Naciones Unidas fue sede de la primera cumbre de jóvenes por el clima y del encuentro sobre el clima en el que participaron un centenar de líderes mundiales. En ese contexto, el feroz discurso del argentino Bruno Rodríguez, de 19 años, sentado junto a Thunberg y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el que mejor expresó la indignación sentida por gran parte de la juventud mundial. El fundador de la organización Jóvenes por el Clima Argentina, alertó que la crisis del clima y ecológica es la crisis política de nuestros tiempos, la crisis económica de nuestros tiempos, y la crisis cultural de nuestros tiempos.  

Precisamente Argentina tuvo una mención importante en la cumbre y no fue por sus logros sino por lo que supuestamente hace mal. La organización ambientalista Greenpeace considera que Argentina es el emisor número 29 en la lista de los 50 países más contaminantes del mundo. La ONG hizo referencia a la denuncia presentada en Nueva York por 16 jóvenes, entre ellos Greta Thunberg y la argentina Chiara Sacchi, dirigida a la Argentina y otros cuatro países por considerar que permiten la contaminación en materia energética y ambiental. Según manifestaron desde la organización, en Argentina la quema del petróleo disponible en Vaca Muerta significaría alrededor de 4 grados de aumento de temperatura global, en lugar de 1.5°C al que se aspira. 

Varias empresas alentaron a los jóvenes a participar en las protestas y dijeron que harán su parte. El máximo responsable de Amazon, Jeff Bezos, se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2040, y llamó a otras empresas a hacer lo mismo. Mientras que la estadounidense Google anunció un aumento récord en sus compras de electricidad ecológica y dijo que los acuerdos estimularán la construcción de millones de paneles solares y cientos de turbinas eólicas. El gigante de la tecnología e internet aumentó su cartera de energía eólica y solar en más del 40% del total con 18 acuerdos por 1.600 megavatios de electricidad.

Otro punto alto de la estrategia juvenil orientada a defender el planeta de la contaminación y el cambio climático fue la jornada mundial de limpieza, en playas, ríos, lagos y calles, que se llevó a cabo el 21 de septiembre. La operación de limpieza masiva fue organizada por la fundación estonia Lets Do It, que busca "conectar y empoderar a la gente y a organizaciones de todo el mundo para hacer que nuestro planeta quede libre de desechos", según su página web. Según sus datos, el año pasado participaron 18 millones de personas de 157 países. Este año esperaban contar 160 países participantes. Según un informe de Naciones Unidas, en 2018 el 79% de las 9 toneladas de plástico fabricado en el mundo fue desechado, y solo el 9% fue reciclado.








Autor: REDACCION

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