El año pasado integré el equipo de profesionales como única argentina, hoy miembro del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto -IEAE-, con un descubrimiento sorprendente. Cómo obtuve ese lugar
Yo seguía por Facebook al Proyecto Visir Amen-Hotep Huy que lleva adelante el IEAE, dirigido por el Doctor Francisco Martín Valentín y la Doctora Teresa Bedman. En enero del año pasado publicaron una imagen invitando a enviar los antecedentes para participar de la X campaña. Fue así que envié mi currículum y alrededor de quince días después recibí un mail que decía “Florencia, hemos valorado tu currículum y queremos que participes de la X Campaña del Proyecto Visir Amenhotep Huy en Luxor, Egipto”. En ese momento lo leí muchas veces, no podía creer que había obtenido un lugar para ir a excavar, que había sido yo una de las que seleccionaron entre más de tres mil enviados de todo el mundo. Lo compartí muy contenta con mi familia y amigas, quienes sabían que era el sueño de toda mi vida. A partir de allí comencé con la organización del viaje, y envié la documentación que era necesaria para presentar en Egipto.
En qué consistió el trabajo de investigación para concretar ese hallazgo
El monumento en el que trabaja el equipo del IEAE, posee una altísima importancia arqueológica, artística e histórica, por ser del mismo periodo de la Tumba Tebana nº 192 de Jeruef, Senaa, perteneciendo como ésta al reinado de Amen-Hotep III -Imperio Nuevo, hacia 1360-1353 a.C.-, y más específicamente al lapso transcurrido entre los años 28 al 36 de dicho soberano, el cual constituye uno de los momentos más agitados e interesantes del Imperio Nuevo egipcio. Hoy existe un gran vacío en el conocimiento y documentación de los acontecimientos históricos de aquel período, porque fue especialmente turbulento. Lo que no fue destruido o quedó inacabado por la actuación de los partidarios de la nueva religión atoniana, sería posteriormente objeto de una nueva destrucción selectiva en época de los reyes de la dinastía XIX. El período de cinco a seis años durante los que el rey Amen-Hotep IV -Aj-en-Aton- tuvo su residencia en Tebas, antes de trasladarse al Amarna, para fundar la nueva ciudad de Ajet-Aton, está hoy en la más completa oscuridad para el mundo de la egiptología. El esclarecimiento de la misteriosa personalidad del Visir Amen-Hotep Huy, el dueño de la ATT nº 28 de Asasif, a partir de los nuevos hallazgos que se realicen, podría ser de relevante importancia en orden a tratar de completar este escenario de gran vacío histórico, absolutamente trascendente para la correcta comprensión de los acontecimientos que dieron lugar al final de la dinastía XVIII y al nacimiento de la XIX.
Cómo es un día en el trabajo de campo como el de la tierra de los faraones
Se trabaja de sábados a jueves, ya que el jueves a la noche se festeja el “Hamish” por lo que los viernes en Egipto no se trabaja. En nuestro equipo el Hamish lo festejábamos en casa de los mudires -los directores del proyecto-, cenábamos todos juntos allí, compartiendo un lindo momento en grupo y recargando energías para la próxima semana. Se comienza a trabajar a las 6 am, cuando está amaneciendo. Al llegar al sitio se organizan los grupos de trabajo, rotando en el día ya que la excavación se desarrolla en dos puntos: una tumba -excavada por primera vez en la X campaña- y en el corredor de entrada de la tumba principal. Aproximadamente a las 10…10,30 se realiza el “fatur”, un recreo de media hora para tomar y comer algo, para luego continuar trabajando hasta la hora del almuerzo alrededor de las 13,30. El día finaliza a las 16 cuando empieza a atardecer, se guardan las herramientas de trabajo y se vuelve a descansar a la casa donde nos hospedamos. Algunas tardes también nos dedicábamos a hacer tareas relacionadas con el proyecto en casa, por ejemplo, ayudar con el registro de los hallazgos, digitalizar e investigar piezas de la excavación, recibíamos capacitaciones, etcétera.
Compartirlo después de haber vivido esa experiencia
Fue una experiencia increíble que es muy difícil explicar con palabras. Poder estar excavando en una tumba egipcia de tanta importancia histórica para la humanidad es algo que recordaré toda mi vida. Estoy feliz de haber podido desenterrar momias, encontrar amuletos y demás hallazgos que contribuyen a continuar los estudios de este proyecto tan interesante. Vivir un mes en Egipto fue como retroceder en el tiempo, viajar al pasado en cada uno de los monumentos que visité, además es una sociedad culturalmente muy diferente a la nuestra. Este bagaje de conocimientos y experiencias está disponible para compartir con aquellos que se interesen y me convoquen.
Proyectos para desarrollar este año
Este año está en mis planes participar del tercer “Museo Reimaginado”, el encuentro de profesionales que comenté anteriormente, que se realizará en Oaxaca, México. Además siempre estoy atenta a las actividades que se desarrollan en nuestro país para seguir perfeccionándome y sumando conocimientos. También espero poder volver a participar de las excavaciones del Proyecto Visir Amen-Hotep Huy y estoy preparando charlas sobre la experiencia vivida allí el año pasado para los distintos niveles educativos, abierta a las instituciones que deseen recibirlas. Además deseo profundizar mis conocimientos respecto a la lectura de jeroglíficos egipcios, tema que comencé a aprender estando en Egipto de la mano del Doctor Francisco Martín Valentín.
¿Sigue siendo Egipto un enigma por lo que oculta bajo tierra y arena?
Sí, todavía queda mucho por descubrir. Hay gran cantidad de excavaciones que se desarrollan en Egipto y que aportan año a año nuevos conocimientos sobre la civilización antigua del lugar. No está todo dicho, la historia siempre puede ser repensada y la investigación arqueológica aporta nuevas teorías para desarrollar. Por ejemplo, en el caso del sitio donde trabajé, se hallaron una serie de inscripciones jeroglíficas en dos columnas de la capilla de la tumba que confirman una teoría discutida hace mucho tiempo en el ámbito de la Egiptología: la corregencia del faraón men-Hotep III y Amen-Hotep IV, más conocido como Aj-en-Aton -(Akenatón-. Es decir, que ambos faraones gobernaron al mismo tiempo por alrededor de nueve años, lo que lleva a revisar la cronología del final de la dinastía XVIII. Un personaje muy conocido de este período es Tut-Anj-Amon -Tutankamón-, este descubrimiento lleva a cuestionar la paternidad del mismo. Hasta el momento se creía que Aj-en-Aton era el padre, pero ahora existe la posibilidad de que en realidad sea Amen-Hotep III. Por lo tanto, como pueden observar cada nuevo descubrimiento puede abrir nuevas líneas dentro de la Historia del Antiguo Egipto.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a María Florencia Nicolari