Por Hugo Borgna
Para ser precisos y justos, más que uno. La canción “Himno al amor” y todas las que cuentan con sabor a adiós y encuentros para todas las sensibilidades.
También con traducciones para ser cantadas, como la que conocemos por Los Cinco Latinos (“Mi querer por ti no tiene fin, y mi ser es hoy feliz por ti. Porque ahora ya mi dicha es un himno al amor…y por siempre para siempre tuyo es mi corazón feliz”)
Otra variedad de himno bien puede estar contenida en los elogios y en el apoyo y comprensión (que ella no ha pedido) de una vida difícil, que le dedican permanentemente tantos admiradores incondicionales. Ella no dice “no, la verdad, no me puedo quejar” sino, solamente, “no me arrepiento de nada”. Y hay otro himno; el que surge espontáneo, al reclamar, en “Mi Dios, mi Dios…déjamelo un poco más…”
Literalmente “Himno al amor” dice “El cielo azul sobre nosotros puede colapsarse / y la tierra puede desmoronarse / No me importa si tú me amas / No me importa lo que pase en el mundo /mientras el amor inunde mis mañanas / mientras mi cuerpo tiemble bajo tus manos / no me importan los problemas / mi amor ya que tú me amas. / Iría hasta el fin del mundo /me pintaría el pelo de rubio / si tú me lo pidieras iría hasta la luna / Robaría una fortuna / si tú me los pidieras / renunciaría a mi patria / renunciaría a mis amigos / si tú me lo pidieras / Puedes reírte de mí / haría cualquier cosa / si tu me lo pidieras / Si algún día la vida te arranca de mí / si mueres si estás lejos de mí / no me importa si tú me amas / porque yo también moriría / Tendremos para nosotros la eternidad / en el azul de toda la inmensidad / en el cielo sin mas problemas / Mi amor, ¿crees que nos amamos? Dios une a los que se aman”
Edith Giovanna Gassion nació el 19 de diciembre de 1915. Llegó a cumplir 47 arduos años.
A pesar de que la hayan apodado “el gorrión de París”, su vida no fue color de rosa. Posiblemente por los accidentes en sus relaciones amorosas, que no tuvieron larga duración. Tragedia, dolor, adicciones, hicieron su nido en ella, en su deteriorada salud.
Como persona y artista solidaria que fue, alojó en su domicilio a Jairo en su llegada a París.
En lo que nace y hace el amor, fue pareja de Charlez Azanavour, a quien impulsó en su carrera. También amó y fue amada por Georges Moustaki (“El extranjero”), Marlon Brando y por el emblemático francés Yves Montand. Pero su gran amor no fue ninguno de ellos, sino el boxeador Marcel Cerdán. Fue en los años 1948 – 1949. Himno al amor está dedicada a él.
Murió en un accidente de avión, el que tomó tras una pelea en los Estados Unidos. Quería llegar cuanto antes para verla. Para él escribió su propio himno al dolor: “Mi Dios, mi Dios / déjamelo un poco otra vez / (a) mi enamorado / un día, dos días, ocho días / déjamelo otra vez un poco a mí, un mes / los tiempos de adorar, los tiempos de decir, / los tiempos de fabricar los recuerdos / Dios mío, oh sí, Dios mío / déjame llenar uno poco mi vida / déjamelo para mi soledad seis meses, tres meses, dos meses / los tiempos de comenzar o de terminar”
Edith Piaf es una artista de llegada segura a los sentimientos de quien se acerque a su canto; ya lo hicieron algunas generaciones: lo que se puede definir como artista clásica, perteneciente a todos los tiempos, a todos los públicos sensibles.
Es como para preguntarse si para ganar ese derecho a la permanencia sin límite de tiempo, es necesario guardar tanto dolor.
Estamos de acuerdo con la idea de que,si se le pudiera preguntar, lectores, la respuesta sería esa misma que ustedes ahora están sintiendo.