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Sensaciones y sentimientos: todo lo que cambia

“Cambia lo superficial, cambia también lo profundo; cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo".
Crédito: Pinterest

Por Hugo Borgna

“Cambia lo superficial, cambia también lo profundo; cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo. Cambia el clima con los años, cambia el pastor su rebaño y así como todo cambia que yo cambie no es extraño”

(La escritura, junto a su entrañable socia para producir emociones -la música- tienen en común un elemento que las hace ideales para el acto de crear: la libertad como instrumento fiel y seguro…..)

“Cambia todo cambia, cambia el mas fino brillante de mano en mano su brillo, cambia el nido el pajarillo, cambia el sentir un amante, cambia el rumbo el caminante aunque esto le cause daño y así como todo cambia que yo cambie no es extraño.)”

(…de esa forma surgen preconceptos. ¿Hay que ponerles límite? En el caso de la escritura, la repetición de oraciones como latiguillos ayuda a crear climas, remarcando la sentida unión entre las ideas anteriores con las que siguen. “Llanto por Ignacio Sánchez Mejía”, de García Lorca lo ejemplifica con el insistente golpe “a las cinco de la tarde”…)

“Cambia todo cambia, cambia el sol en su carrera cuando la noche subsiste, cambia la planta y se viste de verde en la primavera. Cambia el pelaje la fiera cambia el cabello el anciano y así como todo cambia que yo cambie no es extraño".

(…La diferencia con el recurso que usa Julio Numhauser en “Todo cambia” es que hace pensar que cada conclusión parece cerrar cada círculo de pensamiento, cuando realmente introduce otra)

“Cambia, todo cambia pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre, ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente, y lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana así como cambio yo en estas tierras lejanas.”

(Todo cambia, como canción, no podía tener mejores padrinos. Fue Mercedes Sosa quien la lanzó como conocimiento (y canto, por supuesto) público; una popularidad creciente aunque no de grandes titulares ni arrasador suceso; pero desde una base de sentimiento y amor a la tierra y a su gente, permanece firme en la aprobación.)

“Cambia, todo cambia, pero no cambia tu amor por más lejos que te encuentres ni el recuerdo ni el dolor de tu pueblo y de tu gente, y lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana así como cambio yo en tu tierra tan amada”.

(El autor de Todo cambia, el chileno Julio Numhauser, no debe haber soñado que su producto lograría estar en el nivel reservado a canciones-himnos; la compuso desde el sentimiento, como otros temas que se instalaron en el ámbito de lo perdurable: allí donde están, entre otras “Gracias a la vida” de Violeta Parra y “Solo le pido a Dios”, de León Gieco. Desde el interior más profundo de alguien hacia todos los seres sensibles. El CD “Gracias a la vida”, grabado por Mercedes Sosa, resulta ser una especie de monumento-hito con temas que ya se constituyeron en historia del canto y la vida.

Julio Numhauser tiene también, como Mercedes Sosa, una vestimenta interior de música perdurable. Nació en Santiago de Chile el 4 de julio de 1940. Vive en Suecia, donde comparte horas con música y canto. En sus comienzos, en 1965, fundó junto a los hermanos Carrasco un grupo que aún se recuerda (Quilapayún), que tuvo la dirección artística de Angel Parra, primero, y luego de Víctor Jara. Su canción “Mi río” fue premiada en 1973 en el festival de Viña del Mar.

Se dice y repite, como para que no haya discusión al respecto, que todo cambia (que casi todo, realmente).

Pero… ¿alguien le hizo esa pregunta a sus propios sentimientos?

Autor: 447894|

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