Estados Unidos, donde el coronavirus ya mató a más de 9.400 personas y contagió a más de 330.000, advirtió ayer que la población debe prepararse para niveles de tragedia, que recuerdan los de los ataques del 11-S y el bombardeo de Pearl Harbor.

"Francamente, esta va a ser la semana más dura y triste de las vidas de la mayoría de los estadounidenses", dijo Jerome Adams, el director general de Salud Pública, durante una entrevista con la cadena de televisión Fox News.

“Este será nuestro momento de Pearl Harbor, nuestro momento del 11 de septiembre, solo que esta vez no será localizado, ya que sucederá en todo el país, y quiero que Estados Unidos entienda eso", remarcó.

Hasta ayer, al menos 9.441 personas habían muerto en todo Estados Unidos y 331.151 habían sido contagiadas por el coronavirus, según el recuento en línea de la Universidad Johns Hopkins.

Casi 4.200 de esas muertes ocurrieron en el estado de Nueva York, aunque ayer el gobernador Andrew Cuomo informó que se registró un pequeño descenso en la cantidad de nuevas muertes en las últimas 24 horas.

El foco de la crisis se mantenía de todos modos en ese distrito, y en especial en la ciudad de Nueva York, aunque las autoridades ya empezaron a preocuparse por lo que está ocurriendo en Detroit, Chicago y Nueva Orleans.