Editorial

Se trata de dar para cambiar

La donación de órganos y tejidos constituye un acto voluntario, altruista, solidario, generoso, confidencial, gratuito, sin ánimo de lucho y sin contraprestación más que la propia satisfacción de hacer el bien y ayudar a salvar vidas. Quizás por falta de información, porque no tenemos plena confianza en las instituciones intermediarias o tal vez porque consideramos que el tema es tabú del que definitivamente no queremos hablar, solíamos rechazar la posibilidad de manifestar nuestra disposición a ser donante de órganos. 

Pero todo cambió en el 2019. En Argentina se cumple un año de la aprobación de la Ley de Trasplante de Órganos, conocida como la Ley Justina. Precisamente, Justina fue una niña de 12 años que el 22 de noviembre de 2017 falleció mientras esperaba, internada en la Fundación Favaloro, un trasplante de corazón que nunca llegó. Durante toda esa espera sus padres iniciaron una campaña en las redes sociales para generar conciencia y potenciar la donación de órganos en el país a lo que siguió el impulso de esta normativa que convirtió a todos los mayores de 18 años en donantes a menos que opten lo contrario, al revés del sistema vigente con anterioridad. 

La Ley Justina fue sancionada por unanimidad tanto en Diputados (202 votos sin sufragios negativos ni nulos) como en Senadores (68) y, desde su aplicación, permitió que miles de personas puedan recibir a tiempo el trasplante que esperaban.

Un año después de la aprobación de la Ley 27.447 se realizaron 871 procesos de donación de órganos, que permitieron que 1.958 pacientes en lista de espera reciban un trasplante de órganos, 512 trasplantes más que los realizados en igual periodo del año anterior, según informó esta semana el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), el organismo encargado de impulsar, normatizar, coordinar y fiscalizar las actividades de donación y trasplante de órganos, tejidos y células en nuestro país. Según el detalle, de los 1.958 trasplantes de órganos realizados en el período, 1.179 fueron renales, 480 hepáticos, 128 cardíacos, 88 renopancreáticos, 46 pulmonares, 23 hepatorrenales, 6 pancreáticos, 5 cardiorrenales, 2 hepatointestinales y 1 intestinal. Se concretaron también 2.042 trasplantes de córneas. Por su parte, la donación de tejidos creció un 77% en el período, pasando de 551 a 979 procesos de donación realizados.

A partir de este avance sustancial, la Argentina pasó de 13.8 a 19.5 de donantes de órganos por cada millón de habitantes, la tasa más alta de la historia de nuestro país. Además, esta cifra se acerca por primera vez a la del promedio de los países de la Unión Europea (22,3 donantes por millón según datos publicados en la última edición del Newsletter Transplant).

En cuanto a estadísticas recientes, durante mayo, mes de la donación de órganos, se concretaron en Argentina 89 procesos de donación que permitieron que 182 personas que se encontraban en Lista de Espera del INCUCAI accedieran a un trasplante para mejorar su calidad de vida. Los operativos de donación del mes se concretaron en 18 jurisdicciones: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, Entre Ríos, Misiones, Neuquén, San Juan, Jujuy, Formosa, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Corrientes, Río Negro, Chubut, Catamarca y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para conmemorar el primer aniversario de la sanción de la ley, el senador Marino entregó la Mención de Honor "Domingo Faustino Sarmiento" a Ezequiel Lo Cane y Paola Stello, padres de Justina, con el objetivo de reconocer y agradecer su trabajo como impulsores de la ley. La Mención de Honor "Domingo Faustino Sarmiento" es el máximo reconocimiento que otorga el Senado a personas físicas o jurídicas del quehacer cultural, deportivo, profesional y académico, por su obra emprendedora destinada a mejorar la calidad de vida de sus semejantes, de las instituciones y de sus comunidades. Para el legislador, "Ezequiel y Paola sufrieron una de las situaciones más desgarradoras que podemos imaginar: la pérdida de una hija, pero tuvieron la fortaleza de transformar ese dolor en solidaridad y trabajar en la sanción de una ley que ayude a que otras familias no tengan que pasar por lo mismo", explicó Marino. El senador sostuvo que "antes de partir, Justina les dejó el legado de que ayuden a todos los que puedan" y agregó que "las miles de vidas que se han salvado desde la sanción de la Ley demuestran que ellos cumplieron con ese cometido".

Según el INCUCAI, la concreción del trasplante es posible gracias a la sociedad representada en el acto de donar, a la intervención de los profesionales y trabajadores de la salud de todo el país y al trabajo de los organismos provinciales de procuración. La Ley Justina refleja la importancia que puede tener un movimiento solidario que nació desde la ciudadanía misma, puntualmente de un caso en particular, para el resto de la sociedad. En la actualidad 7.448 personas esperan un trasplante de órganos y 2.448 uno de córneas.






Autor: REDACCION

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