Con un gran marco de público interesado en conocer esta historia, ayer, en el Archivo Histórico Municipal, el Centro Documental de la Memoria de Rafaela llevó a cabo la presentación de la investigación "N. N. S/AMPARO". Estuvo presente la secretaria de Educación, Mariana Andereggen, quien al principio del evento dijo algunas palabras: "Hoy es una noche de orgullo, es importante poder presentar esta investigación. Es la primera de este tipo que se hace completa".
Además, agregó: "Hay leyes nacionales que nos responsabilizan de difundir y de tomar en nuestras manos la memoria. El Centro es una clara política pública y tareas como estas también lo son. Hoy ve la luz esta investigación que surgió con la llegada de un papelito de 3x20 centímetros en donde se daba el nombre de una víctima de la Dictadura que supuestamente era rafaelino. El Centro tiene la obligación de preservar documentación y archivos".
También destacó, para hacer saber a todos, que "se comenzó con el resguardo de los testimonios de los veteranos de guerra, ex combatientes de Malvinas".
Luego, David Ponroy, miembro del Centro Documental de la Memoria, comenzó con la presentación que para él en realidad es una historia, la mejor manera de ser contada.
Con lujo de detalles y gráficas que hicieron llamativo cada suceso y año transcurrido, las diapositivas pasaban y el público estaba cada vez más sumergido en la historia. Quizás, por la pasión con la que David la contaba; seguramente, por lo atrapante del caso y también lo absolutamente desgarrador.
El arduo trabajo se inició a partir de la búsqueda de información sobre una de las víctimas del Terrorismo de Estado que en los legajos nacionales figuraba como rafaelino. La investigación determinó que Enrique José Cortassa nació en la vecina localidad de Saguier el 19 de febrero de 1944, que era hijo legítimo de Agustín Cortassa y de Delfina Ángela Abbá, su padre oriundo de Saguier, su madre nacida en San Guillermo.
Gracias al acceso, como Centro Documental (con la condición excluyente de ser un ente institución del estado municipal), a cuantiosa y valiosa documentación aportada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a la colaboración del Archivo Provincial de la Memoria, del Instituto Venadense Memoria, Verdad y Justicia y a la búsqueda y encuentro de los testimonios de protagonistas y familiares, se ha podido, con esta historia, seguir las huellas de los caminos más oscuros y siniestros que el Terrorismo de Estado ha dejado en la provincia de Santa Fe.
La historia de Enrique Cortassa, de su esposa Blanca Zapata, entrerriana de Rincón de Nogoyá y de su hija Carolina Guallane / Paula Cortassa, la nieta N° 61 restituida en 1998, es una historia desgarradora, pero es también el faro que iluminó de esperanza la búsqueda, la incansable búsqueda por la memoria, la verdad y la justicia.
Mediante esta investigación, se cuenta la historia de una familia separada a la fuerza por la dictadura, una niña que quedó a la deriva por la ausencia de sus padres desaparecidos, que creció con padres adoptivos que le dijeron su verdad para que hiciera con ella lo que deseara. Así, tras años de una búsqueda que parecía infinita, esa niña creció y encontró su origen.
Tal como dijo David durante la presentación, es importante poner esta historia en palabras porque las palabras son sanadoras, el silencio no".
Cabe destacar que esta investigación cuenta con el aval de Carolina Guallane, quien hoy tiene 47 años y vive en Venado Tuerto, con su marido y su hijo. 
Lo cierto es que el público, emocionado por la historia que David se encargó de narrar, sintió cada palabra, cada parte de esta búsqueda como si por momentos fuera propia. Una búsqueda incansable por recuperar la identidad, por reencontrarse con sus orígenes para sanar la pérdida y el dolor.
Es notable el trabajo que el equipo del Centro Documental de la Memoria llevó adelante, su dedicación para poder hilar esta historia que pese a todo, es esperanzadora.