Suplemento Economía

Se frena la economía y vuelve el fantasma de la desocupación

La

economía corre riesgo de ingresar en recesión este año, e incluso

algunos sectores como la industria ya estarían en ese escenario,

lo cual reaviva la preocupación sobre la pérdida de puestos de

trabajo, un fenómeno inédito desde el abismo en el que cayó la

Argentina en 2001.

El país inició un proceso de recuperación hacia fines del 2002,

luego de que el gobierno de Eduardo Duhalde aplicó remedios

amargos pero ineludibles para buscar una salida a lo que parecía

el inicio de un invierno interminable.

Pero el país dio otra vez pruebas de tener una capacidad de

recuperación sorprendente, de la mano de los precios récords de

los commodities agropecuarios y de factores de producción

reanimados por políticas activas.

Así comenzó un proceso de crecimiento sostenido, aunque

desordenado, que sólo tuvo un freno en el 2009, como consecuencia

de la crisis financiera internacional.

Pero el escenario favorable parece haber comenzado a virar,

tras la aplicación de políticas expansivas que superaron la

capacidad del Tesoro y dejaron al país de nuevo en situación de

déficit fiscal, lo cual lo volvió vulnerable a nivel financiero y

posibilitó que los mercados forzaran una devaluación que sólo

agigantó el escenario inflacionario que había comenzado a

acentuarse desde el 2007. 

Es en este escenario de devaluación e inflación que grandes

empresas volvieron a evaluar la posibilidad de despidos, algo que

no ocurría desde el 2001.

Trece años después, un estudio de SEL Consultores sobre 150

empresas líderes arroja que la posibilidad de disminuir la

dotación de empleados creció del 9% al 15% de los consultados, si

se compara con el 2013.


Pero el dato más llamativo ocurre con los fabricantes de bienes

durables, donde los índices pasaron del 12% al 23% de un año al otro.

También las industrias de consumo masivo encienden señales de

alarma, ya que pasaron del 6% al 18%.

Los 3.500 operarios suspendidos en tres terminales automotrices

durante la última semana, y las dudas e cruce de reproches entre

la Argentina y Brasil sobre la culpa por la caída del intercambio

automotriz, acentúan las preocupaciones.


La pregunta que sobrevuela a los analistas es si el freno a la

construcción a partir del 2012 y ahora el del sector automotriz,

fueron una política deliberada del ministro de Economía, Axel

Kicillof, tras advertir una posible "burbuja" en ambas industrias

clave, con el consiguiente aumento de precios, o errores de

diagnóstico.


El cepo cambiario barrió con el boom de la construcción y el

impuestazo destrozó el crecimiento de las ventas automotrices.

Existiría en sectores del gobierno una lectura fina sobre cómo

operó el crecimiento económico este año que estaría arrojando un

diagnóstico diferente al que se relata desde la Casa Rosada.


Técnicos cercanos al ministro de Economía considerarían que si

bien el crecimiento económico permitió el desarrollo y la creación

de empleo, también contribuyó a fortalecer la posición de lo que

el kirchnerismo gusta llamar "sectores concentrados de la economía".


Así, ahora se buscarían corregir esas "distorsiones de

crecimiento" en la economía argentina vía ajustes alejados de la

sintonía fina que se intentó aplicar en algún momento, pero que

está teniendo efectos secundarios no deseados.

La producción industrial cayó 10,2% en marzo -6% según el

INDEC- y arrastra nueve meses de retroceso, por lo que

técnicamente ingresó en recesión, según la Fundación FIEL.


En el primer trimestre, la actividad se redujo 2,6 por ciento

respecto de lo observado en el mismo período de 2013.

Los sectores que registraron contracciones más profundas que el

promedio general en el primer trimestre del año fueron la

producción de automotores, que cayó 15,1%, seguida de la de

petróleo con 6% -a pesar de los buenos números de YPF- y la

producción metalmecánica que bajó 4,6%.


Según FIEL, los datos de marzo reflejan un "proceso recesivo

que se extiende por décimo mes consecutivo y ha profundizado su

caída a una tasa del 9,7% equivalente anual".

Como suele ocurrir cuando los números dan mal, los

conglomerados económicos se empiezan a inquietar, y eso se reflejó

en los documentos emitidos por el creciente Foro de Convergencia

Empresarial, algo así como una versión ampliada de la Asociación

Empresaria Argentina (AEA), donde confluyen compañías que facturan

200.000 millones de pesos anuales y emplean a unas 300 mil personas.

En medio de esos cuestionamientos a la marcha del modelo

económico, el Consejo Interamericano de Comercio y Producción

(Cicyp) comandado por Eduardo Eurnekian, parece en cambio aún

convencido de que el gobierno puede liderar un acuerdo económico y

social que corrija aspectos del modelo.


El clima es más espeso en la UIA, donde salvo excepciones

prevalecen las críticas hacia el rumbo adoptado por el gobierno

especialmente tras la llegada de Kicillof como jefe del Palacio de

Hacienda.

"La inflación es muy alta y cuando eso ocurre se desordena toda

la economía", fue el diagnóstico de Cristiano Rattazzi, número uno

de Fiat.


Los roces entre la central fabril y el gobierno no son nuevos,

pero se acrecentaron cuando desde la Rosada responsabilizaron a

los fabricantes por la inflación: "No somos nosotros los que

aumentamos los precios", disparó la presidenta Cristina Fernández.


"Pero son quienes crearon las condiciones", parecen haberle

respondido desde las cámaras empresariales más beligerantes.

El último malestar lo provocó la resolución 29 de la Secretaría

de Comercio que obliga a fábricas y distribuidoras de gran escala

a informar mensualmente los precios de sus productos y su

correspondiente valor por unidad, cantidad o medida.


Los industriales dicen que con esa medida se busca "escrachar"

a los que no respeten los "precios cuidados".

Desde el gobierno tienen otra lectura: advierten que el "Estado

bobo" terminó hace rato en la Argentina y que los empresarios

deberán acostumbrarse a la existencia de cada vez mayores

controles y rendiciones de cuentas.

Autor: REDACCION

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