La guerra en Ucrania cumple este sábado su segundo aniversario, con un "estancamiento" en casi todos los sectores del frente, aunque a su vez transita un momento "crítico" por la ralentización de la ayuda de las potencias occidentales a Kiev y avances puntuales que hicieron las tropas rusas en las últimas semanas.
El 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, envió a sus militares en múltiples direcciones del país vecino, incluyendo hacia las dos ciudades más importantes, Kiev y Jarkov, pero la resistencia ucraniana y errores propios llevaron al ejército de Moscú a replegar sus operaciones al Donbass.
En esa zona del este, donde están las provincias de Donetsk y Lugansk, que ya habían sido junto a la península de Crimea focos del conflicto en 2014, se mantiene una ocupación parcial, al igual que en las sureñas Zaporiyia y Jerson, todas anexadas por el Kremlin en cuestionados referendos.
Esta situación provocó una extensa línea del frente, sobre la que Ucrania, impulsada por el apoyo militar y financiero de sus aliados, lanzó una contraofensiva, que tras no lograr recuperar grandes territorios derivó en la reciente sustitución del jefe del Ejército.
Rusia tampoco cosechó grandes logros desde la toma de la ciudad de Bajmut en mayo del 2023 pero, tras la conquista de Avdiivka la semana pasada, empezó a reivindicar una mejora en sus posiciones y un avance desde el flanco oriental.
Kiev, en tanto, sí puede presumir que en el mar Negro hizo retroceder a la poderosa flota rusa y de haber despejado una vía crucial para la exportación de cereales ucranianos, claves para la seguridad alimentaria del mundo.
"En el frente hay actualmente un punto muerto. Ucrania debe resolver desafíos vinculados a la rotación de soldados, el reclutamiento de nuevas tropas que estén bien entrenadas y cómo combinar las tecnologías entrantes con los sistemas de armas existentes", enumeró en declaraciones a Télam Tim Sweijs, director de investigación del Centro de Estudios Estratégicos de La Haya (Países Bajos). También destacó que Kiev tiene que buscar cómo "aumentar la producción de aviones y sistemas no tripulados".
Es que en esta suerte de guerra de trincheras en el frente, los drones, tanto en el agua como en el aire, cobraron protagonismo con ataques a ambos lados de la frontera, en un conflicto del que se desconoce la cifra real de muertos, ya que ningún país da a conocer un balance, pero se estima que son cientos de miles entre soldados y civiles.
"Este es un momento crítico para la resistencia de Ucrania. Sus fuerzas están siendo superadas por las rusas en una proporción de 5 a 1 aproximadamente. Las fuerzas rusas se están concentrando en dos puntos o más, y podrían ganar terreno a los agotados defensores. Ucrania necesita una inyección de misiles de largo alcance, drones o aviones que cambie las reglas del juego, similar al envío decisivo en 2022 de los sistemas Himars occidentales", indicó por su parte Jason Opal, profesor de Historia y Estudios Clásicos en la Universidad McGill (Canadá).
Esos lanzacohetes Himars suministrados por Estados Unidos le permiten a Kiev atacar posiciones rusas muy por detrás de la línea del frente y demuestran, como también los aviones de combate F-16 que espera tener en el aire este año, que la ayuda occidental que reclama constantemente el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, es vital para sus fuerzas.
Pero la Unión Europea (UE) admitió que no cumplirá con la entrega de artillería prometida a Ucrania y por un veto de Hungría demoró en destrabar un paquete de ayuda de 50.000 millones de euros, mientras que la asistencia de Estados Unidos se ve frenada por una pugna entre demócratas y republicanos en plena carrera para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Por el contrario, Rusia orienta gran parte de su economía, que demostró resiliencia a las sanciones de las potencias occidentales, al esfuerzo bélico: "Los rusos se han estado rearmando y están transformando sus fábricas en una industria de guerra", explicó Sweijs, sobre el gasto en defensa, que oficialmente representa un 7% del PBI ruso.
Al conmemorar este viernes lo que en Rusia se conoce como el "Día de los Defensores de la Patria" Putin dijo que "en estos últimos años, las empresas del complejo militar-industrial han multiplicado la producción y la entrega a las tropas de las armas más demandadas".
En el terreno las condiciones del crudo invierno ucraniano van llegando a su fin y el panorama para el tercer año del conflicto es incierto. (Télam-AFP)