Suplemento Economía

Se cree que la ola estatista no terminó

Con el proyecto de Presupuesto 2013, el gobierno busca retener un

amplio margen de maniobra para mantener un sendero económico

tranquilo en el año electoral, mientras persisten versiones en la

city porteña de que la ola estatista no habría terminado aún.


Para garantizarse contar con los fondos necesarios, el Gobierno

ampliará aún más el uso de reservas del Banco Central durante el

año que viene y prevé echar mano de cualquier excedente del Fondo

de Desendeudamiento ya no solo para pagar deuda, como fue su

diseño original, sino para financiar gastos de capital,

especialmente de YPF.

El año próximo, sólo en reservas la Casa Rosada contaría con

casi 8.000 millones de dólares.


El Gobierno podría llegar a disponer además de unos 3.500

millones de dólares adicionales si finalmente la economía no crece

el 4,4 por ciento esperado y lo hace por debajo del límite del

3,26, un escenario probable.

Así, el Tesoro no debería pagar el Cupón PBI del 2013 y esa

plata quedaría disponible en plena campaña electoral.

La lectura política del año próximo está teñida por la

intención del ultracristinismo de lograr una contundente victoria

electoral en las legislativas que abriría la puerta a una reforma

constitucional desde el Congreso, y así habilitar una reelección

presidencial indefinida.


En el último acto realizado por la Presidenta en la semana, no

casualmente la militancia la recibió al grito de "para Cristina la

reelección", ante lo cual la jefa de Estado sólo se limitó a

sonreír.

El uso de reservas en forma cada vez más habitual corre el

riesgo de debilitar la posición del Banco Central, al que la

presidenta Cristina Fernández considera una herramienta al

servicio del poder político.


Aldo Pignanelli, ex presidente del BCRA durante el gobierno de

Eduardo Duhalde, advirtió que las "consecuencias" de esa

estrategia se pagarán en algún momento y cuestionó la idea de

utilizar 2.000 millones de dólares de esas reservas para financiar

las inversiones que necesitará YPF el año próximo.

No pasó desapercibido para quienes toman decisiones de

inversión, que con vistas al año próximo el gobierno volvió a

subestimar la inflación.

El Presupuesto la ubica en el 10,8 por ciento, para lo cual

debería existir un plan anti-inflacionario claro y una reducción

de la emisión monetaria.

De lo contrario, el costo de vida real volverá a ubicarse por

encima del 20 por ciento, y ello derivará en ingresos impositivos

adicionales por más de 40.000 millones de pesos que la Casa Rosada

podrá utilizar para los propósitos más diversos.


Un paper leído en la city porteña advierte que la Argentina es

el segundo país del mundo con mayor inflación, sólo superada por

Bielorrusia, cuyos precios se disparan al 40 por ciento anual.

No el único tema sobre el cual se explaya:


- El tipo de cambio está retrasado y un dólar a 5,10 pesos como

el que prevé el Presupuesto no soluciona el problema.


- El mercado seguirá tomando cada vez más como referencia el

precio de la divisa "blue", que ronda los 6,35 pesos.


- Eso genera un problema para la Casa Rosada, porque presiona

sobre los precios.


- La falta de inversión en infraestructura amagar dejar

obsoleta la matriz energética.


- El clima de inversión se enturbia cada vez más y se esperan

nuevas estatizaciones.


Sobre este último punto, un banquero se sinceró en un diálogo

tan crudo como secreto: "Si fueron por las AFJP, si sostienen un

déficit descomunal en Aerolíneas a costa de todos los argentinos,

si echan mano de las reservas para cualquier cosa, quién puede

decir que un día no vengan por los depósitos de los bancos".

Las duras críticas del viceministro de Economía, Axel Kicillof,

al sistema financiero privado porque no presta lo que debiera,

podrían convertir en realidad la aparente paranoia de ese

curtido banquero.

Autor: José Calero

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