Deportes

Se compite como se vive

"HEROE"./ José "Maligno" Torres.
Crédito: ARCHIVO

(Por Darío Gutiérrez).- El PIB (Producto Interno Bruto, que en nuestro país lo denominamos habitualmente PBI) y la riqueza son dos conceptos económicos que se utilizan para medir la prosperidad de un país o región, pero son diferentes en varios aspectos.

El PIB es una medida de la producción económica de un país durante un período determinado, normalmente un año. Se refiere a la cantidad total de bienes y servicios finales producidos dentro de las fronteras de un país, incluyendo los productos vendidos a otros países.

Por otro lado, la riqueza de un país mide la acumulación de bienes y activos. Esto incluye todos los activos de familias, empresas y Estado: infraestructuras públicas y privadas, viviendas, fábricas, activos monetarios…, desde lo más grande a lo más pequeño.

Aunque PIB y riqueza no sean lo mismo, el PIB se usa comúnmente para comparar la economía de un país con otro.

Esta introducción que no se condice con una sección deportiva, sin embargo es necesaria para poner en contexto lo que fueron los Juegos Olímpicos de París y, una vez más, explicar porqué a Argentina le cuesta tanto acercarse a las potencias deportivas mundiales, que -en su gran mayoría- también lo son en el plano económico.

En los Juegos Olímpicos de París, Argentina quedó en el puesto 52 con una medalla de oro, una de plata y una de bronce. Y ese puesto se lo tenemos que agradecer a alguien que se salió del molde, porque "Maligno" Torres por su talento, esfuerzo y capacidad con la diminuta bici, se subió a lo más alto del podio pese al escaso apoyo y la falta de una política deportiva oficial.

 

"El PIB per cápita es un muy buen índicador del nivel de vida y en el caso de Argentina, en 2023, fue de 12.959 € euros, con el que se sitúa en el puesto 67 del ranking y sus habitantes tienen un bajo nivel de vida en relación al resto de los 196 países del ranking de PIB per cápita. En cuanto al Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que en definitiva nos muestra el nivel de vida de sus habitantes, indica que los argentinos se encuentran en el puesto 47", publicó el sitio datosmacro.com.

Con esos niveles comparativos con el primer mundo, ¿porqué deberiamos pedirle a la gran mayoría de nuestros deportistas que ganen medallas como lo hacen esos países? Solo podemos ser exigentes en determinados deportes, como por ejemplo fútbol o rugby donde Argentina estaba en condiciones de obtener una medalla. El hockey lo demostró, una vez más, porque ya consolidó su base dentro de las disciplinas más practicadas (en cuanto a la rama femenina) en el país y siguen surgiendo talentos. Y en la vela también hay una continuidad en un proceso de trabajo pese a las dificultades, que se traduce en logros internacionales.

Pero en el resto es muy complicado. En el olimpismo el deporte madre es el atletismo, que junto con la natación son fundamentales para tener un buen lugar en el medallero. Argentina apenas si puede conformarse con enviar unos pocos clasificados para participar en estos deportes, algo que se viene repitiendo desde hace varios Juegos.

 

Si se observa el “ranking económico” al que hacemos referencia, tomando como fuente al Fondo Monetario Internacional, entre los diez primeros se repiten seis del Top Ten del medallero de París 2024. Australia y Corea, también de gran actuación olímpica, están 12 y 13 en el ranking de esos paises más desarrollados.

MUCHA INCERTIDUMBRE

Lo más preocupante es lo que puede ocurrir para el próximo ciclo olímpico rumbo a Los Angeles 2028. La Confederación Argentina de Deportes que nuclea a representantes de las Asociaciones y Federaciones de distintos deportes, emitió un comunicado a modo de balance sobre la actuación argentina y, particularmente, mencionando la preocupación de cara al futuro por la falta de apoyo a los deportistas más jóvenes.

 

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«El brutal desfinanciamiento que ha aplicado el Estado en el sector deportivo pone en duda las condiciones en las que podrán entrenar y competir los deportistas argentinos en los próximos años. Sin los recursos adecuados, la preparación para futuras competiciones se ve seriamente comprometida, generando incertidumbre y preocupación en toda la comunidad deportiva», cerró con crudeza.

En París, Argentina tuvo una delegación de casi 40 atletas menos que en Tokio, ya que no se consiguieron las respectivas clasificaciones. Y hoy es imposible arriesgar una cifra para Los Angeles.

Este año muchos deportistas han viajado a competir al exterior poniendo dinero de su bolsillo o financiando los viajes, como lo hace el deporte amateur en sus inicios, vendiendo rifas, pollos o pastelitos. Los clubes, que son el gran secreto del deporte argentino, hacen lo que pueden y seguramente sus dirigentes la seguirán peleando pese a todo, lo mismo que entrenadores y atletas. Eso sí, lo que no cambiará nunca, es tener la foto con la imagen del éxito, aunque nada se haya hecho por ayudarlo.

JUEGOS OLÍMPICOS

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