Editorial

Salto de la construcción

La construcción continúa en alza en cuanto a su crecimiento, lo cual constituye sin dudarlo una señal sumamente positiva. En el pasado mes de octubre por ejemplo, tuvo una suba de actividad de 2,5% con relación a septiembre, aunque si tomamos como parámetro la comparación con igual mes de 2009, la expansión fue de 12,5% con lo cual queda claramente en evidencia la buena performance que viene registrando este 2010.
En los primeros 10 meses del presente año el crecimiento de esta actividad se ubicó entonces en el 9,1%, siempre en términos desestacionalizados, destacándose que si bien se produjeron oscilaciones durante el lapso, el balance final es positivo. En los meses de abril y mayo, se recuerda, hubo importantes subas de hasta 13%, advirtiéndose luego una cierta depresión que hizo achicar las cifras entre 7 y 8 puntos, volviendo ahora a repuntar con el 12,5% el pasado octubre, con proyección similar para noviembre y el diciembre en curso. Lo cual, expondrá en el cierre del año un balance muy favorable, considerándose como muy interesante que la expansión vaya por carriles parecidos tanto en el sector público como el privado.
En la encuesta que simultáneamente se hace con los empresarios del rubro, para los que se dedican a las obras públicas el 29% se mostró optimista al considerar que la actividad se incrementará, contra el 10,5% que estima que disminuirá, en tanto que el 60,5% restante considera que la actividad se mantendrá sin variantes de acuerdo a la actual situación.
Igual relación a futuro, respecto al sector privado, el 14,3% estima que la actividad irá en aumento, contra un 9,5% que se inclina por una declinación, siendo el 76,2% restante el que se mantiene por un futuro sin cambios en lo inmediato.
Se advierten diferencias entre uno y otro, siendo más positivo el que incursiona en el área pública, ya que en el privado puede incidir negativamente el hecho que no haya créditos hipotecarios, o bien muy difíciles de obtener y de costos alejados de la realidad de los ingresos, trabando de tal manera una mayor fluidez en materia de realizaciones.
Lo que sí es cierto, y queda en evidencia, que los efectos negativos de la crisis de 2008 han quedado definitivamente atrás, aun cuando en el ánimo del sector se mantiene firme la idea que para dar un verdadero impulso al sector privado aparece como determinante la reimplementación de las facilidades hipotecarias.
Respecto al área pública, se destinó el 4,2% del PBI para afrontar realizaciones de obras, cuando cabe recordar que durante el período 1992 a 2002 -tomando una década completa- la inversión promedio en tal sentido fue de 1,2% del PBI.
En cuanto a la venta de insumos para la construcción, que tiene una relación directa con la actividad, en octubre registró una importante variación positiva respecto a igual mes de 2009, en casi todos los rubros, como por ejemplo 10,2% en ladrillos huecos, 7,9% en cemento, 7,6% en hierro redondo y 6,8% en asfalto, citándose de tal manera los que mayor expansión tuvieron en ese período.
A modo de síntesis podemos decir que el crecimiento se dio en todos los sectores de la construcción, siendo el mayor de ellos en el de construcciones petroleras con 47%, luego obras viales 8,4%, edificios para vivienda 7,7% y obras de infraestructura 7,5%.
Una vez más, como lo hacemos cada vez que aludimos a la industria de la construcción, debemos decir que se trata del sector más movilizador dentro de todo el conjunto de la economía. En primer lugar, cuando la construcción crece es porque la economía anda bien, ya que allí se vuelcan gran parte de las inversiones de los ahorros, pues se trata de un modo de preservación y beneficios muy bien combinados. Pero además, esta actividad, es un abanico muy amplio en cuanto a su alcance, tanto en lo que hace a mano de obra como a movilización de insumos.
Recordemos que la construcción absorbe actividad profesional muy diversa y amplia, pero además a una larga serie de artesanos y especialistas en actividades que incluyen vidrieros, carpinteros, electricistas, plomeros, pintores, ceramistas, decoradores, jardineros y por supuesto albañiles, en fin, una nómina que podría ser generosamente engrosada. Y ni que hablar sobre su efecto multiplicador sobre una gran diversidad de sectores de la producción, que se dedican a la elaboración de todos los insumos, como así también a la comercialización.











Autor: Redacción

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