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Roxana Mondino: “me jubilo de la rutina, pero nunca de La Remo porque es mi casa”

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Crédito: FAMILIA. Juntos disfrutaron del festejo sorpresa para Roxana.

El pasado viernes por la noche, Roxana Mondino se sorprendió al ver a sus seres queridos juntos en el lugar que la vio crecer de manera personal y profesional; todos homenajearon su gran paso por la Escuela Municipal de Música “Remo Pignoni”. La estimada y tan querida directora se retiró luego de años de trabajo y dejó en quienes tuvieron la oportunidad de conocerla, una huella imborrable.
Como todo ciclo, este llegó a su fin, pero Roxana se despidió a lo grande gracias a la sorpresa que le prepararon su familia y allegados. Ya anochecía cuando se subió al auto pensando que iban a una cena, al menos eso le habían comentado… Lo que Roxana no se esperaba era que su hija le colocara una venda sobre los ojos y la despistara haciendo un camino más largo del habitual para ir a “La Remo”. A ciegas llegó hasta el auditorio y, aunque intuía que algo sucedía, no podía saber qué era. Le hizo falta solo escuchar los acordes, la música que sonaba frente a ella para que sepa, sin ver, que lo que acontecía allí era algo maravilloso.
Al sacarse la venda pudo ver a los profesores, colegas y amigos tocando sus canciones preferidas, como por ejemplo, "Cuando" de Jorge Fandermole. En diálogo con Roxana, comenta para La Opinión, cómo se sintió en este momento especial: “Cuando empezó a sonar la música, antes de que yo me sacara la venda, mi cabeza empezó a rebobinar y a preguntarse ¿dónde estoy? Y al ver a todos tocando la música que me gusta, para mí, me sentí querida y acompañada. Pensaba que, quizás, sin este tipo de despedidas hay cosas que no se dicen o que se dan por sobreentendidas. Esto hizo que salieran a la luz un montón de sentimientos hermosos”. Además, agrega que, en un principio, se imaginó que era una sorpresa preparada por sus amigas de secundaria.
Pero su hija, Virginia Borgna, junto a su hermano y su papá fueron los que idearon y lograron realizar este festejo para Roxana. Con alegría, Virginia nos detalla cómo fue el proceso de organización: “Siempre pensamos que ella se merecía tener algo para cerrar su ciclo. En seguida me comuniqué con la secretaria de Educación, Mariana Andereggen; con Natalia Krilich, la vicedirectora de la escuela; y Hugo Michelini, el secretario, para ver qué les parecía a ellos la idea. Los tres estuvieron de acuerdo y, con su ayuda, fuimos preparando la despedida. Natalia y Hugo colaboraron con el armado del grupo de WhatsApp de los profes, porque yo no tenía los contactos. Además, les propuse que le hagan una canción entre todos. La idea era hacer un brindis, entonces contratamos a alguien que pudiera facilitarlo. Yo lo quise hacer en la Remo para que sea más representativo”.
“En el grupo, los profes me fueron mandando fotos y le editamos un video re lindo. También había un rincón que le armamos para sacar fotos, con algunos cartelitos”, agrega su hija.
La buena predisposición de los convocados para este festejo, da cuenta de que Roxana es una profesional ejemplar. Sin dudas, merecía un reconocimiento por sus años de labor. En sus palabras, relata cómo transitó esa noche: “En el momento que vi que el auditorio de la escuela estaba colmado de tanta gente querida, sentí que el tiempo transcurrido ahí adentro no había sido en vano. Sentí que era un regalo al tiempo compartido, a tantos años de trabajo; la Escuela de Música se inició en 1987 y yo entré a trabajar a los poquitos meses de iniciadas las actividades. La Remo y mi carrera profesional están íntimamente ligadas. Por eso es que todo lo dedicado al trabajo allí, primero como docente y luego, desde el 2000, como directora, dejó una cantidad de alumnos y de gente muy querida”.
Roxana acompañó por más de 30 años el crecimiento de la escuela y colaboró para que se fortalezca aún más. “La cantidad de mensajes que recibí a lo largo del fin de semana me dan la tranquilidad de que las cosas se han hecho bien y que guardan un buen recuerdo de mí”, reflexiona.
En el transcurso de la noche, también le entregaron flores y tuvo la oportunidad de decir unas palabras: “Les pude decir que en realidad me voy del trabajo, me jubilo de la rutina, del horario, pero nunca de La Remo porque es mi casa. Mi vida pasó ahí adentro, son mi familia; juntos construimos muchas cosas, incluso logramos el edificio hermoso que hoy tenemos, que un montón de gente esté haciendo música en la ciudad y que varios exalumnos nos estén representando no solo en Rafaela, sino a lo largo de todo el país y en el exterior. La Remo siempre va a ser ese lugar donde me voy a encontrar con mis seres queridos y me van a tener participando de todos los espectáculos, por supuesto”, afirma Roxana.
Son gratas las palabras que también dijo Natalia Krilich para ella: “Es tiempo de andar sin tiempo, de desenjaular lo postergado por ‘uy me falta tiempo’, de disfrutar la cosecha saboreando sin prisa el dulzor de los frutos recogidos”.
Este nuevo camino que comienza es para reconocer, en el descanso, todo el trabajo realizado y abrir las puertas para que lo nuevo encuentre su lugar.
“Lo que hoy les puedo decir a quienes quedan en la Remo es que simplemente yo inicié algo, dejé marcada una senda que ahora tienen que seguir caminando y ojalá este pequeño granito de arena que uno aportó, sea el comienzo de algo mucho más grande que lo que ya logramos, que no es poco. Estoy segura de que seguirá creciendo a lo largo de los años… Gracias, realmente gracias por la confianza, por haber trabajado codo a codo para lograr lo que hoy significa para la ciudad, nuestra escuela”, concluye Roxana con este mensaje.
“Porque finalmente nunca nos vamos de aquellos lugares donde fuimos felices”, expuso ella en sus redes sociales. Su corazón y su alma seguirán acompañando a la Remo y, desde este medio, le deseamos lo mejor para esta nueva y gran etapa por delante. 

Autor: REDACCION

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