WASHINGTON, 18 (AFP-NA). - El proceso para normalizar
las relaciones entre Estados Unidos y Cuba anunciado el miércoles
comenzó con total discreción en la primavera boreal de 2013 con el
auspicio de Canadá y se aceleró el año pasado con la intervención
personal del papa Francisco.
El presidente estadounidense Barack Obama autorizó dar inicio a
negociaciones secretas con el gobierno cubano para sondear el
terreno de cara a restablecer las relaciones bilaterales, que se
materializó con el primer encuentro entre ambas partes en junio de
2013, explicó a periodistas una fuente que pidió el anonimato.
Durante el siguiente año y medio y hasta el mes pasado,
Washington y La Habana llevaron adelante sus conversaciones
principalmente en Canadá, pero también usaron las Secciones de
Intereses que cada país tiene en Estados Unidos y Cuba y sendas
misiones diplomáticas en la ONU.
Pero fue la entrada en escena de Francisco, el primer papa
latinoamericano, la que impulsó las negociaciones bilaterales, un
papel que Obama destacó en su discurso sobre el histórico
acercamiento a la isla gobernada por Raúl Castro.
"Quiero agradecer a Su Santidad, el papa Francisco, cuyo
ejemplo moral nos muestra la importancia de buscar el mundo que
deberíamos tener, en lugar de contentarnos con el mundo que
tenemos", señaló el mandatario estadounidense.
Obama y Francisco se entrevistaron en marzo en el Vaticano,
cuando las negociaciones ya habían comenzado, y abordaron, entre
otros muchos temas, la cuestión cubana.
"El papa Francisco entendió que el presidente Obama está
comprometido con esta serie de cambios", dijo de su lado una
fuente gubernamental estadounidense.
Tras ese encuentro en el Vaticano, Francisco mandó este verano
boreal una carta a Obama y a Castro "invitándoles a resolver
cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de
algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las
relaciones entre las dos partes".
Esta iniciativa, que según Washington no tiene precedentes, fue
decisiva. "Reforzó el impulso y la fuerza para ir hacia adelante",
de acuerdo con otro funcionario estadounidense, que subrayó la
importancia que ha tenido en esto el origen latinoamericano del papa.
En octubre, ambas delegaciones volvieron a reunirse en el
Vaticano en presencia de funcionarios católicos, con el fin de
cerrar los acuerdos sobre la normalización de sus relaciones,
principalmente el intercambio de presos.
A pesar de que Canadá acogió la gran mayoría de reuniones, el
Vaticano fue "el único gobierno que participó en las
negociaciones", apuntó Washington.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, no dio a conocer
ningún detalle de los encuentros secretos, pero este miércoles
dijo que su país "se alegró de ser el anfitrión de altos
dirigentes de Estados Unidos y Cuba, lo que les permitió mantener
importantes negociaciones en un ambiente de discreción necesario".
El éxito de la diplomacia vaticana es también el resultado de
una larga mediación con la Iglesia cubana en los recientes
procesos para impulsar la democracia en la isla, tras las visitas
de Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012.
Ambos pontífices apostaron por el pragmatismo y por dialogar
con el régimen comunista cubano.
El Vaticano también tuvo un papel clave en la crisis de los
misiles en 1962, cuando el papa Juan XXIII intervino para impedir
una guerra nuclear.
"El Santo Padre se complace vivamente por la histórica decisión
de los gobiernos de Estados Unidos de América y de Cuba de
establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el
interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han
marcado su historia reciente", dijo el Vaticano.
Francisco tiene previsto visitar oficialmente Estados Unidos en
septiembre de 2015.