Editorial

Reservas a pique

Para las reservas del Banco Central, el año 2013 fue realmente pésimo, pues el cierre lo dejó con 30.586 millones de dólares, con lo cual registró una caída de 12.704 millones de esa divisa a lo largo del período comentado. La última quita que hizo el Gobierno para pagar diversos vencimientos de la deuda pública, se produjo en la última jornada hábil del año, con lo cual se puede decir que a las arcas de la entidad no le dieron prácticamente descanso siendo requeridas en forma permanente.

La drástica caída no pudo evitarse ni con el cepo cambiario, esa radical medida que implementó el ahora ex funcionario Guillermo Moreno y que sigue tal cual -como casi todo, ya que los únicos cambios advertidos fueron los modos de comunicación ahora a cargo de Jorge Capitanich, pues el resto sigue todo exactamente igual-, habiendo provocado más perjuicios que otra cosa, ya que beneficios no hubo ninguno. Se cayó el mercado inmobiliario, se produjo una fuerte presión sobre el dólar, se contrajo el comercio exterior consecuencia de las restricciones a las importaciones que en determinados momentos impactaron negativamente en la producción local, en tanto que el objetivo que buscaba en cuanto a contener la fuga de dólares del circuito local, resultó en fracaso. La muestra del estado de las reservas es más que elocuente en ese sentido.

La caída no pudo evitarse con la quita permanente de recursos de otras cajas, como la del ANSeS, el Banco Nación y el PAMI, ni mucho menos con el blanqueo de capitales con el cual se pensaba ingresar cuatro mil millones de dólares y finalmente sólo aportaron 600 millones.

Este descenso en las reservas, a contramano de lo que sucedió en la mayoría de países latinoamericanos que incrementaron las mismas con excepción de Venezuela, Ecuador y Argentina, fue un proceso que tuvo sus inicios en 2011, cuando se había alcanzado el pico de 52.654 millones. Llegar a ese tope pareció ser como para tomar envión por un tobogán, ya que desde entonces el descenso no tuvo más interrupciones, llegándose a este cierre de 2013 con los ya consignados 30.586 millones. Es decir, en este período se han perdido algo más de 20.000 millones de dólares, de los cuales más de 12.000 sólo el año pasado. Una demostración elocuente de las erradas políticas que se han venido implementando en materia económica, ya que además de ver evaporarse los ahorros no se sabe qué destino tuvieron, pues la pobreza y la exclusión social están en aumento, la infraestructura se cae a pedazos -la prueba fehaciente se tuvo con la energía- y desde hace tiempo las cuentas públicas se encuentran en rojo.

El achicamiento del superávit comercial ha sido una de las razones de esta drástica merma de las reservas, pues la diferencia entre lo que se vende y lo que se compra al exterior es lo que le permite el Banco Central hacerse de divisas, y como esta diferencia se ha ido reduciendo considerablemente también cayeron esas posibilidades. Es que las exportaciones se han ido desacelerando, en contraposición con las importaciones que fueron acelerándose por la compra de energía y de repuestos y automotores. Un dato elocuente es el conocido en noviembre: las ventas al exterior crecieron 3,9% y las importaciones 9,2%, impactando negativamente en el superávit en cerca de los 2.000 millones de dólares.

El turismo en tanto, que era otra fuente de ingreso de divisas, ahora al igual que la energía, se convirtió en una constante pérdida de divisas. Es que mientras más argentinos aprovecharon para viajar al exterior aprovechando el "subsidio" de la AFIP con dólares al precio oficial -aunque después se aplicó un recargo del 20% y más recientemente se elevó a 35%- , aquí fue cayendo la recepción turística extranjera, y además, con escaso cambio a precio oficial ya que casi todos los turistas cambian sus dólares en el mercado paralelo. Algo que ahora se trata de solucionar con el goteo devaluador que se hace casi diariamente. Pero, como siempre, otra vez se llega tarde con las medidas, una vez que el daño ya está hecho.

Como siempre el Gobierno continuó sacando reservas para pagar deuda, a este momento le debe al Banco Central nada menos que 46.000 millones de dólares, habiendo dejado a cambio papeles de escaso valor y vencimiento a larguísimos plazos, algo parecido a lo sucedido con la ANSeS, donde el dinero de los jubilados también es utilizado por el Gobierno para financiar su propio funcionamiento.

Autor: REDACCION

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