Hace poco fue publicado por este Diario un interesante trabajo, sostenido en la estadística con datos obtenidos en el Registro Civil, respecto a la actividad allí desarrollada a lo largo de 2016, siendo contabilizados 2.840 nacimientos, 1.061 defunciones, 408 matrimonios, 440 uniones convivenciales y 217 divorcios, completándose la actividad en ese organismo con 5.380 trámites relacionados con documentos de identidad. En cuanto a los nacimientos que totalizaron 2.840, de ellos 1.501 se produjeron en clínicas privadas de la ciudad y 1.339 en el hospital Jaime Ferré, constituyendo un dato saliente que se redujeron un 3% con relación a 2015 cuando habían nacido 2.926 bebés, debiéndose dejar aclarado que un porcentaje mínimo de estos nacimientos corresponden a familias que viven en localidades vecinas, lo cual no alcanza para modificar sustancialmente la situación derivada por estas estadísticas. Poco más, poco menos, la cantidad de nacimientos en nuestra ciudad viene mostrándose estable ya que en 2012 ascendieron a 2.702, en 2013 fueron 2.817, en 2014 llegaron a 2.875, para luego los ya citados de 2015 con 2.926, y finalmente 2016 con 2.840. Da lugar también a encontrar justificación a las razones del aumento demográfico que viene teniendo nuestra ciudad en los últimos años, que no es sólo por familias y personas que individualmente vienen a radicarse aquí desde otros lugares, sino también por la cantidad de nuevos rafaelinos que se suman cada año, cifra que triplica a la de los fallecimientos, que en 2016 fueron 1.061 contra 2.840 recién nacidos. En cuanto a los fallecimientos, los 1.061 consignados el año anterior fueron 113 más que los 948 del año precedente. Pasando a los matrimonios, se registraron 408 el último año, sosteniéndose una tendencia ascendente que no ocurre en otros lugares de la provincia, ya que desde la implementación de las uniones convivenciales -lo cual entró en vigencia en agosto de 2015, luego de las modificaciones introducidas en el Código Civil y Comercial, otorgando derechos y obligaciones a aquellas parejas que comparten techo sin estar casadas- estas fueron las que subieron, en ciertos casos exponencialmente, habiendo adoptado por esta metodología 440 parejas el año pasado en el Registro Civil local. En tanto, habiendo sido las uniones de ambas maneras 848, los divorcios contabilizados ascendieron a 217. Como se señala, en el ámbito provincial la situación fue algo diferente, ya que los matrimonios durante 2014 fueron 11.500, en 2015 bajaron a 10.828 y finalmente en 2016 -tres años después, con mayor población y por lo tanto con la posibilidad de ampliarse esa cantidad-, bajaron a 10.245. Es que desde que se incorporó la posibilidad de las uniones convivenciales, tuvieron una muy importante y rápida adhesión, con un dato realmente contundente, pues mientras en 2015 -incorporado el sistema desde agosto en adelante- se hicieron 4.509, en tanto que a lo largo de todo el año pasado esas uniones fueron 15.385. Aunque aquí en Rafaela la diferencia no fue tan marcada durante 2016, con 440 uniones convivenciales y 408 matrimonios, en cambio en este comienzo de 2017 hubo 79 uniones y 42 matrimonios, lo cual va marcando claramente hacia donde se dirige la actitud de las nuevas parejas. Por último, en cuanto a la actividad que tiene lugar en el Registro Civil, digamos que durante la docena de meses de 2016 se realizaron 5.380 trámites relacionados con DNI, duplicados, actualización para los de baja edad, cambios de domicilio y pasaportes, entre otros. Todo este repaso, constituye sin dudas una verdadera radiografía de los habitantes de Rafaela, quienes ven en estas estadísticas la movilidad que va teniendo la conformación de nuestra demografía. Y en especial el crecimiento poblacional, pudiendo recordarse que en 1991 había 68.400 habitantes, que en sólo una década pasaron a ser en 2001 83.677, mientras que en 2010 según proyecciones del relevamiento del ICEDEL la población era de 99.150, pasando en 2012 a 103.699 habitantes. Y la expansión sigue sostenido, como se advierte por la diferencia de casi 2 mil anuales entre nacimientos y defunciones, además de quienes llegan de afuera a instalarse aquí.