Ante personal de la Comisaría 5ª de San Vicente, un vecino de 44 años de edad, domiciliado en la calle Güemes, denunció que había guardado su camioneta Ford Ranger en el galpón que alquila, donde estaba el auto de su mujer.

Seguidamente, dijo que como estaba cerrado y la camioneta no entraba, lo empujó y le puso un poste en las ruedas traseras. 

Luego guardó la camioneta y cerró el portón con dos trabas que posee, porque se venia una tormenta.  

En la jornada posterior se fue de viaje en su camión a Granadero Baigorria, y al regresar se dio cuenta de que el VW Bora de su esposa había sido usado, ya que estaba embarrado y el poste de referencia estaba a un costado del mismo.

En su relato, agregó que no estaban colocadas las trabas en el portón, por lo que se dirigió a su casa a ver si le faltaba algo, porque las llaves del auto estaban allí, junto a las del galpón y la camioneta. 

ROBO EN LA VIVIENDA

Según su exposición, en el domicilio no había nada revuelto, aunque observó que una ventana estaba sin medidas de seguridad, y que por ese lugar se podría haber entrado.

Por otra parte advirtió que desde una mesa de luz faltaba una suma de dinero cercana a los 250.000 pesos.

UNA CONFESION

Además, relató que su hijo de 18 años de edad, se había enterado que el VW Bora había sido visto en la localidad de María Juana, y que era conducido por un amigo del joven.

No todo quedó allí, dado que dos amigos del muchacho -identificados como Agustín T., de 18 años y residente en la calle A. Brown, y Ezequiel L., de 17 años de edad y afincado en la calle San Martín-, se presentaron para decir que habían sido los autores del hecho. 

SECUESTRO DE DINERO

Así las cosas, se llevaron adelante requisas en los domicilios de los confesos ladrones, y se procedió al secuestro de 195.000 pesos.