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Recordando a las antiguas farmacias

 (Novena nota)

Por José Pepe Marquínez

Los farmacéuticos formuladores son aquellos que se dedican a preparar las “recetas magistrales”, las que son destinadas a un enfermo específico para atender expresamente una prescripción médica detallada. Son recetas “a la carta” elaboradas a las necesidades terapéuticas de una persona en concreto. Se elaboran según las normas técnicas y científicas del arte farmacéutico y son encabezadas por la sigla r/p que significa “receta prepare”. Se las denomina magistrales porque se considera que son preparadas con maestría y se las elabora en un espacio interno que consiste en un gabinete denominado rebotica o zona de preparación. El laboratorio además de contar con frascos y potiches para el almacenamiento de drogas, posee morteros cuya función principal es disminuir el tamaño de las partículas durante el análisis de calidad o la preparación de formulaciones farmacéuticas.
Las recetas magistrales son el pilar de la historia del medicamento. Actualmente las que más se usan son las destinadas a la dermatología en forma de geles, pomadas, cremas, soluciones. Para el preparado infantil el formulador en algunos casos y en modo jarabe, agrega algún saborizante agradable para que sea más placentera la ingesta.
Para el tratamiento de enfermedades huérfanas (raras, de difícil diagnóstico), las fórmulas magistrales son las únicas que pueden resolverlas, ya que las presentaciones industriales no se adaptan al caso dado la falta de individualización de la dolencia.
Relacionadas con las fórmulas magistrales debemos hacer referencia a la Farmacopea que consiste en el “libro oficial” de medicamentos, en el que constan las sustancias medicinales de uso más común y su forma de preparación y combinación.
Una de las farmacias más antiguas de Rafaela lo constituye Operto. El 18 de agosto de 1936 Juan Alejandro Operto, luego de graduarse como farmacéutico en la Facultad de Farmacia e Higiene de la Universidad Nacional de Tucumán, abre su farmacia en Chacabucco y Boulevard Centenario, hoy Yrigoyen. Era la época de la receta magistral, de la alquimia, de los turnos que duraban siete días y siete noches, de horarios inexistentes. Por aquel entonces se desempeñaba como intendente Domingo Albornoz y Rafaela contaba con 20.000 habitantes de los cuales el 20 por ciento eran extranjeros. La avenida Mitre constituía la principal arteria de la ciudad y la que conducía a las estaciones ferroviarias del Central Argentino (Mitre) y Central Norte (Belgrano). Esta ciudad se destacaba por ser el centro comercial por excelencia de toda la región.
Los tribunales ya se emplazaban al Belgrano al 300 y se disputaba la octava edición de las 500 Millas.
Al poco tiempo de su primigenia ubicación, farmacia Operto se traslada a Avenida Yrigoyen 229 donde se encuentra establecida en la actualidad. Hoy cuenta con 86 años de vida y los cumple ininterrumpidamente. Dos de sus dependientes cuentan asombrosa antigüedad: Manuel Simón Acosta ingresado el 02/07/1978 y Rubén Bustamante el 24/02/1981.
En el barrio 9 de Julio en Rosario y Avellaneda encontramos a farmacia Rossi. Su titular Carlos Alberto Alfredo Rossi (tal su nombre completo) estuvo al frente de la misma por más de 60 años, (falleció en abril del 2021). La historia profesional del famoso y siempre bien recordado “Cocho”, comienza en Córdoba. Se graduó de farmacéutico en abril de 1956 en la Facultad de Ciencias Médicas (de ella por aquel entonces dependía farmacia).
En septiembre de ese año adquiere en María Juana la farmacia Fenoglio, hasta ese entonces propiedad del “auxiliar de farmacia” Bartolomé Fenoglio. Al poco tiempo en diciembre de 1956 la farmacia se traslada a su emplazamiento actual, atendiendo por más de 60 años a una barriada tan poblada como lo es la del 9 de Julio. Hoy se encuentra al frente de la farmacia su nieta Valentina Silvia Rossi.
La historia de las antiguas farmacias de Moisés Ville es así: de la que se tenga memoria se llamaba Pasteur a cargo de un farmacéutico de apellido Kaplan y estamos hablando de 1938. El 1946 la farmacia se traspasa a Salomón Dosoretz la que funciona con la misma denominación: Pasteur.
En 1958 es adquirida por Ernesto Rotenberg. Acaecido el fallecimiento de Rotemberg, en 1973 la farmacéutica María Teresa Minetti la regentea hasta 1984. A partir de este año se hace cargo Mario Alejandro Rotemberg, hijo de Ernesto, hasta la actualidad.
Existieron otras farmacias antiguas: Bublik (1979 – 1984) y Leibovch. Esta última se encontraba ubicada en Palacios (1964) y luego se trasladó a Moisés Ville. A partir de allí el pueblo de Palacios quedó huérfano de ellas.
Continuará.



Autor: REDACCION

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