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Recordando a las antiguas farmacias (Tercera parte)

POR PEPE MARQUÍNEZ

Todas las farmacias sin excepción, contaban con una balanza a la cual accedía la gente inexorablemente y sin escalas al trasponer la puerta de entrada. Me dirá que hoy pasa lo mismo, es verdad, pero con la salvedad que en aquel entonces no se concebía una farmacia, con balanza que no fuera del tipo “reloj” y mayoritariamente de marca Berkel
Volviendo al mundo de los fijadores para el cabello, encontramos a “Palmolive” (el brillo de su cabello revive, con aceite brillantina Palmolive), decía la propaganda. En los partidos de fútbol cuando algún jugador cabeceaba la pelota, el locutor comercial anunciaba “bien peinado todo el día con fijador Palmolive”. Otra significativa publicidad de la marca que pertenecía al grupo Colgate –Palmolive Company, lo constituía el programa “Teatro Palmolive del aire”, que se irradiaba de lunes a viernes por la tarde. Además se comercializaba “Ricibrill” (admiradoras mil), colonia Ronsard (para el mundo chic) y fijador Lancaster. En materia de desodorantes se pedía Vio Axil.
También se vendía “Glostora” en cuanto a otros fijadores. Con respecto a esta marca entre 1946 y 1968 y en lo que constituyó una publicidad fenomenal, se irradiaba por LR1 Radio El Mundo de Buenos Aires, emisora líder por aquel entonces, el programa “El Glostora Tango Club” cuyo eslogan era “la cita de la juventud triunfadora”. Iba de lunes a viernes de 20:00 a 20:15 y actuaban orquestas de tango en vivo, siendo la que permaneció por un período más prolongado de actuación, la de Alfredo D’angelis con sus cantores Carlos Dante, Oscar Larroca y Julio Martel. Los locutores eran Rafael Díaz Gallardo, Lucia Marcó y Valentín Viloria. Tras cartón se difundía una comedia denominada” Los Pérez García”, familia complicada tanto doméstica como externamente. A raíz de esto y a lo atractivo y enmarañado de la trama, la que tenía en vilo a la audiencia, quedó instalada en la memoria colectiva la expresión: “Más problemas que los Pérez García”. Los actores destacados eran Martín Zabalúa, Sara Prósperi y Nina Nino. El auspiciante era Mejoral. Ambos fueron programas de enorme popularidad.
Igualmente y retrotrayéndonos en el tiempo e instalándonos en las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, se expendían en las farmacias artículos relacionados con colonias, perfumes y tónicos. Entre otros: Tricófero de Barry “una admirada personalidad en sus cabellos “decía la etiqueta pero en el dorso de la misma se leía: “ Fricciónese el cuero cabelludo todos los días con Tricófero de Barry. Conservará su cabello sano, limpio y fuerte.”
La gente usaba el “jabón de Reuter” el que en su llamativa etiqueta decía: “también para los momentos mas importantes” y lucía una pareja con atuendo atinente a una boda.
Agua Florida de Murray y Lanman se comercializaba por aquel entonces, siendo una colonia muy famosa. En realidad el nombre correcto era Agua de Florida pero se instaló en el habla popular sin el aditamento “de”; la etiqueta decía: “El delicado e inconfundible aroma que el Agua de Florida logra en tu piel, hará que su presencia sea más seductora y personal. Agua Florida fue una colonia nacida en los albores del siglo XX y es la traducción del inglés Florida Water, versión americana del agua de colonia o eau de cologne. Se presentaba en versión amarilla y verde; tenía la misma base cítrica que el Agua de Colonia, pero con aumento de la proporción de naranja dulce y se añadían ingredientes como lavanda y clavo de olor.
Obsérvese la popularidad de este producto que al igual que Gomina Brancato, Ford, Puloil y Harrods entre otros, la marca quedó plasmada en letras de tango. Por ejemplo en “A mi me llaman Juan Tango”, grabación de las orquestas de Miguel Caló y la de Di Sarli (1), ambas de 1943, la letra dice “Traigo en los ojos antojos/ de Agua Florida y percal”
Además en 1928 la orquesta de tango de Luis Petruceli nos entregó Agua Florida (instrumental) y en 1941 Vargas D´agostino (2) hace lo propio con el mismo tango, pero esta vez en versión cantada: “Agua Florida, vos eras criolla/ te usaban las pobres violetas del fango/ de peinados lisos como agua e´laguna/ cuando se bailaba alegrando el tango/ con un taconeo y una medialuna.”
Se expendía como fijador económico “brillantina líquida” que venía suelta y que la gente acudía a la farmacia en busca de ella con la respectiva botellita. El planeta de parabienes.
Las farmacias antiguas oficiaban además como óptica y fotografía y se recetaban cristales cóncavos para la miopía y convexos para la hipermetropía. Hacia mediados del Siglo XX los anteojos para sol más conocidos eran los de la marca “Solexite”.
Sugiero versiones:
1-Di Sarli: https://www.youtube.com/watch?v=XIVl91xOZGg
2-D’agostino Vargas: https://www.youtube.com/watch?v=GSfsE1ERY-s
Continuará.

Autor: REDACCION

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