El Departamento de Relaciones Exteriores del gobierno encargado de Venezuela, aseveró que sus compatriotas merecen una vacuna segura y no ser parte de un experimento con prototipos traídas de Cuba.
Al menos dos instituciones científicas venezolanas ya expresaron su preocupación ante la llegada al país de la vacuna cubana Abdala, la cual no cuenta con certificación científica ni resultados confiables.
El organismo enfatizó que una vez más el mal manejo y las improvisaciones del régimen en la crisis del Covid-19 se evidencian, al expresar que "habiendo al menos cinco vacunas aprobadas por la OMS, llegue al país este prototipo que no tiene un sostén científico confiable".
Además, se rechazó que los venezolanos sean utilizados como "ratones de laboratorio", a propósito de la compra de 12 millones del prototipo de la vacuna elaborada en la isla.
Los venezolanos fueron sorprendidos con esa operatoria, por lo que se aseguró que los ciudadanos merecen ser respetados y que si alguien quiere participar en este ensayo experimental, con este prototipo de vacuna, deberá dejar por escrito su consentimiento informado para que asuma las consecuencias que puedan surgir como la aplicación de la misma.
Ante la pretensión del régimen de aplicar el prototipo de la vacuna cubana, se recordó que los productos biológicos deben cumplir con tres fases para su implantación, así como contar con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La primera, seguridad; la segunda, inmunidad; y la tercera, eficacia. Para que esto se cumpla, tiene que ser publicado en revistas médicas o científicas y gozar de la aprobación de la OMS.
El prototipo Abdala expresa claramente en su empaque que es un ensayo experimental, razón por lo que considera que se viola el derecho a la autonomía, principio ético rector de la salud.
Aseguran desde las filas del opositor Juan Guaidó que los ciudadanos venezolanos tienen el derecho a ser protegido por un Estado responsable, que debe tener vacunas certificadas. También afirman que por Covax entraría una vacuna certificada y fue rechazada por el régimen, que ahora pretenden imponer un prototipo que no cumplió en ningún momento con el rigor científico.
Venezuela recibió la semana pasada un primer lote de esa vacuna cubana en fase de prueba, que hace días mostró una eficacia de 92,2% en los resultados preliminares de la tercera y última etapa de estudios.
Sin embargo, las autoridades no detallaron cuántos de estos fármacos llegaron al país.
Frente a ello, la oposición resaltó que ya existen países que completaron la segunda ronda del esquema de vacunación, mientras que en Venezuela fueron suspendidos los operativos y se sigue esperando un plan de vacunación serio y sin exclusión.
La llegada de la vacuna cubana generó fuertes críticas en el país y la ONG Médicos Unidos de Venezuela le pidió al régimen de Maduro que revise su decisión de incluirla como mecanismo de prevención del Covid-19, bajo el argumento de que aún no fue autorizada por la OMS.
Desde hace varios años, el régimen de Maduro viene obligando a muchos ciudadanos a afiliarse al carnet de la Patria como método de presión y control. Con este carnet se reciben los alimentos y otros beneficios, a los que se sumó últimamente la vacunación, que se ofrece a la población en medio de una grave crisis.
En contraste con el entusiasmo del dictador Nicolás Maduro por el anuncio de la adquisición de las vacunas cubanas, varios gremios de la salud e instituciones independientes como la Academia Nacional de Medicina de Venezuela han expresado su preocupación ante la introducción de productos de dudosa credibilidad científica.
La credibilidad de cualquier vacuna y su aceptabilidad por la comunidad, se basa en gran parte en la publicación de los resultados en revistas científicas de reconocido prestigio o la autorización por un organismo regulatorio independiente y creíble, tales como la FDA de los Estados Unidos o la Agencia Europea de Medicamentos, aunque se supone que ninguno de esos organismos van a ser consultados.
A su turno, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) solicitó al régimen de Cuba que publique los datos sobre su candidato vacunal contra el Covid-19 Abdala y lo someta a una evaluación de la Organización Mundial de la Salud.
Si bien rescató que los esfuerzos de Cuba y otros países son muy importantes en una región que depende de la exportación de medicamentos, subrayó que la transparencia de los datos ayuda a fomentar la confianza de la población en el fármaco.
Para obtener dicha autorización se hace necesaria una inspección de las fábricas y revisar los datos de los ensayos, de los que hasta el momento solo se conoce lo que La Habana publicó en sus medios oficiales, un aporte que es suficiente para responder a tantos interrogantes.